Rebelde y polarizada: el sueño de la independencia divide a Cataluña

El mercado del Born, en el casco antiguo barcelonés, es como un sueño que un día se materializó. En las entrañas de este recinto decimonónico de vidrio y acero se hallaron restos arqueológicos de la ciudad que las tropas borbónicas arrasaron en 1714, al final de la Guerra de Sucesión Española, el punto de la historia que el nacionalismo catalán señala como el inicio de 300 años de dominación.El gobierno regional acaba de inaugurar allí un centro cultural para exhibir las ruinas, en una suerte de parque temático de la vocación independentista de Cataluña. El desfile es incesante: familias, contingentes de escuelas, grupos de jubilados alimentan una ilusión creciente."Cada vez somos más los que pensamos que pronto vamos a ser una nación soberana", señala Xavier Miró, 23 años, estudiante de cine que trabaja como guía en el museo.Afuera, el fervor nacionalista salta a la vista en una ciudad adornada con senyeras y esteladas, las banderas que celebran la identidad catalana. Sobre todo desde que el gobierno local y sus aliados anunciaron hace 10 días que pretenden convocar a un referéndum el año que viene para preguntar por la independencia.Pero el clima de euforia, de rebelión tranquila, se mezcla con el marcado escepticismo de los que sospechan que el desafío del president Artur Mas contra el gobierno de Mariano Rajoy es una "cortina de humo" en medio de la crisis económica y con el temor de los que creen que romper con España sería un "suicidio colectivo".Cataluña es hoy una sociedad dividida. Lo muestran las encuestas y lo admite su gente. El independentismo creció en los últimos años a cifras sin precedente, entre el 40 y el 50%, según quien lo mida. Menos estridentes –acaso cohibidos– son también muchísimos los que dudan, los que se sienten españoles o los que ansían cambios en la relación, pero sin precipitarse a la ruptura.El debate promete explotar en 2014, el año simbólico del tricentenario de la caída catalana en la Guerra de Sucesión y en el que Mas y sus aliados intentarán imponer la consulta que el gobierno de Rajoy se comprometió a impedir.¿Cuál es la tentación de la independencia? Los argumentos para dejar España se repiten entre los que apoyan el plan: el "expolio" económico que significa aportar al Estado muchísimo más de lo que vuelve, la "agresión" contra el idioma y la cultura propia, los límites al autogobierno de esta región, la más rica de todo el Estado, pero también la más endeudada y muy afectada por la crisis..."El mayor beneficio es...

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