Las reacciones del Gobierno explican su derrota en las PASO

La derrota del Frente de Todos en las elecciones primarias puede explicarse mirando hacia atrás del domingo 12, por supuesto, pero también prestando atención a lo que ocurrió después. Las renuncias de los ministros, las presiones del kirchnerismo, la carta de Cristina, la desorientación de Alberto Fernández y su círculo íntimo, así como la sarta de declaraciones desacertadas de los referentes del oficialismo —un verdadero clásico de esta gestión— retratan a la perfección a un gobierno que todavía no acusa recibo del mensaje inequívoco de la sociedad.

Los acontecimientos de los últimos días expusieron con crudeza una grieta que comenzó a ensancharse a toda velocidad desde abril, cuando asistimos al espectáculo bochornoso de un presidente con un margen de maniobra tan acotado que ni siquiera podía despedir a un subsecretario. Los Fernández jamás estuvieron cómodos con los roles que ellos mismos decidieron asumir hace dos años. Un presidente que habla demasiado pero que decide poco. Una vicepresidenta que se considera dueña de los votos, y a la que los términos acompañar y ceder nunca le sentaron bien.

La pretensión (¿ingenua, ridícula, irresponsable?) de asociar el resultado electoral exclusivamente al plano económico, pasando por alto la gestión desgraciada de la pandemia, el cepo educativo y la sucesión de actos de corrupción y privilegios que protagonizaron, no resiste ningún análisis. "La platita en el bolsillo", como dice el candidato y exministro Daniel Gollán , habla a las claras de la falta de empatía y de conexión con la realidad que caracteriza al gobierno. La frase del genial Borges acerca del carácter incorregible de los compañeros está más vigente que nunca.

Desesperado por resultados inmediatos, el nuevo gabinete no dejó lugar para las dudas: el impulso del consumo y el levantamiento de las restricciones serán los dos caballitos de batalla con los que buscará levantar cabeza en noviembre. Ni los desequilibrios económicos archiconocidos (déficit, inflación, escasez de reservas, atraso cambiario) ni el riesgo epidemiológico de tomar...

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