La reacción del fiscal frente a los maullidos: 'No se dejen engatusar y ladren más fuerte'

Conocido como el "Hombre gato", Gil Pereg fue retirado de la sala del juicio por sus "maullidos"

MENDOZA.- El juicio a Nicolás Gil Pereg por los asesinatos de su madre y su tía comenzó en medio de un escándalo . El acusado, al igual que en otras oportunidades, solo emitió maullidos. Fueron más de 300 veces las que se escucharon en la sala de audiencias el peculiar sonido emitido por el imputado. Cada parte tomó de una manera distinta el comportamiento de Gil Pereg, que se enfrenta a un jurado popular por los homicidios de las ciudadanas israelíes Pyrhia Sauroussy, de 63 años, y Lily Lea Pereg, de 54, madre y tía del imputado , respectivamente.

La defensa sustentó el pedido de una declaración de inimputabilidad en los supuestos problemas mentales de Gil Pereg, mientras que la fiscalía solicitó que los doce ciudadanos mendocinos que definirán el caso "no se dejen engatusar y ladren más fuerte". La jueza Laura Guajardo, por su parte, advirtió varias veces a Gil Pereg y, finalmente, se cansó de la actitud del acusado y ordenó que fuese retirado de la sala.

Pese a que los "maullidos" ya no se escuchaban, la primera jornada del juicio quedó dominada por la imagen expuesta por Gil Pereg. Incluso los testigos declararon sobre ese tema. Un policía que participó del operativo de rastrillaje por la desaparición de las dos mujeres expresó en el tribunal que "en ningún momento, mientras buscábamos a sus familiares, actuó como si fuera un gato".

Gil Pereg está acusado por los asesinatos de su madre, Pyrhia Sauroussy, y a su tía, Lily Pereg, ocurridos en enero del 2019, en Guaymallén, Mendoza.

Ese agente fue uno de los 50 testigos convocados para este juicio, cuyo veredicto se conocería el próximo miércoles. Gil Pereg afronta el debate bajo un doble encuadre penal: homicidio agravado por el vínculo, respecto de su madre, y homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en relación con su tía.

Gil Pereg llegó a la sala luego de atravesar el "presoducto" que conecta este nuevo edificio de tribunales con la penitenciaría provincial. Durante ese trayecto, pasadas las 8.30, se lo vio tranquilo, ya que estaba sedado, y con la cabeza gacha, sin hacer sonidos. Pero, cuando la audiencia dio inicio, minutos después de las 9, todo cambió. La magistrada comenzó a advertirle que se comportara con decoro y se mantuviera en silencio. Pero Gil Pereg no dejó de maullar hasta que fue retirado de la sala.

Ese episodio fue aprovechado por la defensa del acusado, que planteó...

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