Las razones detrás de la distante relación entre los Maldonado y el Gobierno

El vínculo entre la familia Maldonado y el Gobierno arrancó tarde y mal, signado por la desconfianza mutua y por las sospechas recíprocas de operaciones políticas y manipulaciones. Eso llevó cualquier intento de comunicación a un punto casi sin retorno y complicó la búsqueda de Santiago Maldonado, según reconstruyó LA NACION durante las últimas dos semanas.

Desde el Gobierno tardaron cuatro días en contactar a los Maldonado, que desde el 2 de agosto buscaban a Santiago -y cuya desaparición ya estaba en el portal de LA NACION desde las 14.02 del jueves 3-, pero sólo el domingo 6 recibieron el primer contacto de alto nivel. Fue mediante un mensaje por WhatsApp.

El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, le escribió a la madre, Stella Maris Peloso, tras varios días en los que, para intentar ese primer contacto, recurrió a un abogado conocido de la ciudad de 25 de Mayo -donde residen los Maldonado-, pero que no aportó resultados.

En sus chats, Milman se identificó como funcionario y le planteó a Peloso que deseaba reunirse con la familia para impulsar la búsqueda de Santiago. La mujer le replicó que debía hablar con su hijo Sergio -quien dirigía la búsqueda-, le pasó su teléfono y cerró su respuesta con una palabra: "Gracias".

Milman llamó a Sergio -que reside en Bariloche y ya se había trasladado a Esquel y El Bolsón en busca de su hermano-, pero no logró contactarlo. Y volvió a escribirle a la madre, que le reiteró que debía llamar a Sergio y volvió a despedirse con la misma palabra: "Gracias".

A partir de allí, las lecturas de los mismos mensajes comenzaron a divergir. Milman le reiteró, en pocas palabras, que seguirían buscando a Santiago, mientras que desde la familia replican que sus mensajes -y ninguna llamada- reflejaban un tono inapropiado hacia los familiares de una víctima.

La secuencia de los mensajes muestra entonces que alguien -que sería el tercero de los hermanos Maldonado, Germán, o su esposa, quienes viven al lado de la casa de los padres de Santiago- tomó el teléfono de Peloso y envió cuatro mensajes breves, de una línea cada uno, cruzándolo a Milman.

Esos cuatro mensajes se enviaron justo después de que Germán terminó de hablar con el director del área de Violencia Institucional y Delitos de Interés Federal del Ministerio de Seguridad, Daniel Barberis. Y eso explica que el apellido de Barberis apareciera en uno de esos mensajes, en los que le plantearon que Barberis, Milman, Bullrich y el presidente Mauricio Macri...

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