Rating oficial: otra forma de sometimiento y control

La decisión del gobierno nacional de (Sifema) para conocer el comportamiento de los argentinos de todo el país en su relación con la televisión abierta, digital y por cable sigue la línea que viene desarrollando el kirchnerismo desde hace 12 años: sumar recursos, tiempo y esfuerzos -que bien podrían ser destinados a cuestiones realmente necesarias- para imponer un particular relato.¿De qué otra manera se puede explicar la necesidad de un gobierno por contar con una herramienta que le diga , cuáles son sus gustos y preferencias? ¿Piensa acaso redireccionar o incluso ampliar la pauta publicitaria pública, ya de por sí bastante frondosa, para intentar captar a quienes le son indiferentes? ¿Proyecta inmiscuirse en la distribución de la pauta privada, afectando su libre desenvolvimiento? ¿Acaso se ha propuesto usar en la próxima ingeniería electoral del oficialismo la información que se recabe?Cualquiera de esas opciones es posible. El Gobierno ha dado ya sobradas y lamentables muestras de querer controlar el comportamiento de la publicidad comercial. Lo hizo mediante el cepo colocado a los medios de comunicación independientes, a los que -con la necesaria anuencia de los empresarios que lo acataron- logró asfixiar a lo largo de todo un año. Lo hace a cada paso con la aplicación discrecional de la ley de medios, con la compra de empresas periodísticas por parte de empresarios amigos y con la inequitativa distribución de la pauta oficial.Aun así, con un gasto en propaganda gubernamental de alrededor de 4000 millones de pesos anuales, no ha podido hacer que esos medios afines le resulten redituables ni económica ni políticamente. El rating no los acompaña y los escándalos del Gobierno se siguen ventilando y con muy buena audiencia en la prensa que no le es larvaria.En su discurso de lanzamiento del Sifema, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo que "la proporción de la pauta del Estado es casi inexistente frente a la magnitud de la privada". ¿Acaso nos está anticipando que la propaganda oficial crecerá todavía más, siendo que hoy es de casi el 14 por ciento de la masa publicitaria total privada, que ella misma informó que se sitúa en torno de los 30.000 millones de pesos anuales? ¿Intenta hacernos creer que es lo mismo publicidad comercial que propaganda política?Ningún escándalo parece hacer claudicar al Gobierno de su absurda intención de hegemonizar el pensamiento de los argentinos. O precisamente porque necesita...

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