Las raíces visibles de la política en el bochorno del fútbol

La escalofriante estadística es irrefutable: 328 muertes a raíz de la violencia en el fútbol, según el fino relevamiento que actualiza periódicamente la ONG Salvemos al Fútbol. El último episodio fue hace apenas 23 días. Pasó casi inadvertido en , donde murió de un piedrazo en la cabeza Martín González, un joven de 20 años que había quedado atrapado en un enfrentamiento entre dos grupos antagónicos de la barra brava de Gimnasia y Esgrima de esa provincia.No hizo falta esta vez otra víctima para forzar una reacción del gobierno de turno. reflotó un olvidado proyecto de ley para endurecer las penas contra las barras bravas y lo envió por segunda vez al para que sea debatido en sesiones extraordinarias.Se pareció más a un reflejo condicionado para escenificar una veloz reacción tras el escándalo del superclásico que no fue que a un verdadero plan por erradicar a las mafias del fútbol.La urgente maniobra política se concreta en un país en el que los responsables de la seguridad no pueden garantizar que se juegue un partido de fútbol. La crisis de la seguridad interior reflorece en el peor momento, cuando faltan apenas 48 horas para recibir a los líderes del mundo por la y la ciudad de Buenos Aires lucirá casi sitiada para evitar desbordes e incidentes. Contrastes de un país en el que el fútbol ya es una cuestión de Estado.Se prevé que el proyecto de ley contra las barras acelere su curso legislativo después del G-20. Se estima que los bloques opositores den luz verde a la iniciativa oficial y prospere sin mayores inconvenientes. Más allá de esta aparente unanimidad, en el debate podrían volver a salir a la luz los nexos que siempre unieron a las barras bravas con la política.Juan Manuel Lugones es desde diciembre de 2015 el jefe de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte en la provincia de Buenos Aires. Es abogado y se especializó en la temática desde hace años. Publicó en 2014, antes de sumarse a la gestión de María Eugenia Vidal, el libro Barrabravas para todos, que hace referencia a los nexos políticos de las hinchadas y que involucra por igual a macristas, kirchneristas y massistas. A todos.Lugones no fue contactado por nadie del gobierno nacional para revisar el proyecto de ley contra las barras que reenvió ayer Macri al Congreso. Tampoco lo habían consultado en agosto de 2016, cuando el oficialismo dio un tímido primer paso para impulsar la normativa. Su relación con Patricia Bullrich es tirante. También con Guillermo...

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