Raíces de la crisis: proteger y recuperar el significado de la democracia y los derechos humanos
Raúl Alfonsín, en su asunción presidencial, el 10 de diciembre de 1983
Dejó frases memorables: "No se puede destruir todo sin destruirse a sí mismo" o "de las pestes se sale con decencia". El escritor Albert Camus fue a contramano de sus contemporáneos de la izquierda cuando cerraron los ojos ante los crímenes en la Unión Soviética, defendió la libertad y la igualdad sin traicionar a la verdad. Frente al auge de los totalitarismos de su tiempo, el nazismo y el estalinismo, el escritor francés advirtió que la función de un intelectual es proteger el significado de las palabras. Exactamente lo que no hacemos en la Argentina donde la democracia, los derechos humanos y el liberalismo han sido vaciados de su verdadero significado.
De modo que cualquier proyección a futuro de los derechos humanos no puede prescindir de su verdadera acepción como una filosofía humanitaria, igualitaria, corazón jurídico de nuestra Constitución reformada, consustancial al sistema democrático. No son los gobernantes generosos los que distribuyen los derechos, sino que son inherentes al ser humano, definido por su dignidad. Están obligados a garantizarlos.
El escritor Albert Camus fue a contramano de sus contemporáneos de la izquierda cuando cerraron los ojos ante los crímenes en la Unión Soviética
Para restituir ese verdadero significado acudo a la autoridad de Eleanor Roosevelt, la "gran dama" ovacionada por la comunidad de naciones surgida tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1948 presentó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el resultado de su paciente y obstinado trabajo para consensuar todas las creencias y filosofías, desde el confusionismo al islam.
Aprobada por unanimidad, con la abstención de los países bajo la órbita soviética, Arabia Saudita y Sudáfrica, la evolución de esa concepción liberal le dio al mundo democrático el mayor período de prosperidad y desarrollo. Desde entonces, toda vez que surgen interrogantes sobre los derechos humanos y su impacto moral sobre nuestras vidas de convivencia recuerdo su respuesta más citada. ¿Dónde comienzan los derechos humanos universales? "En lugares pequeños, cerca de casa, tan pequeños que no se pueden ver en ningún atlas, porque pertenecen al mundo individual; el barrio en el que se vive, la fábrica, la granja o la oficina donde trabaja. Estos son los lugares donde cada hombre, mujer, niño buscan la igualdad de oportunidades, igual dignidad, sin discriminación. Si estos derechos no...
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