El Gobierno no quiso suspender los festejos como gesto de firmeza

Los semblantes sonrientes y excitados de la mayoría de los ministros y funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner revelaba ayer en la Casa Rosada que ni la Presidenta ni ninguno de ellos había considerado, siquiera por un momento, la posibilidad de suspender el acto de festejo del 30 aniversario del regreso de la democracia, a pesar de los acuartelamientos policiales en 17 provincias, a http://www.lanacion.com.ar/1646400-mapa-de-situacion-cuales-son-las-provincias-que-siguen-afectadas-por-el-conflicto-policialy a las 11 personas fallecidas por una http://www.lanacion.com.ar/1646561-tucuman-incidentes-entre-la-policia-y-manifestantes-en-la-plaza-independencia"Había un pensamiento monolítico. Nadie tuvo dudas en las primeras líneas del Gobierno de realizar el acto", señaló a LA NACION un alto funcionario oficial. "No podemos ceder ante la desestabilización de los grupos policiales que quieren condicionar la democracia, que celebramos. Sería admitir una posición de debilidad frente a esos grupos que generaron caos", agregó otro funcionario.La Presidenta repitió ese mismo argumento más tarde en su discurso. Poco después, en Tucumán y en Chaco, se agudizaron las protestas policiales con nuevos heridos, mientras Cristina bailaba ya frente a Balcarce 50, al ritmo de la percusión de la banda Choque Urbano, junto a la actriz y vedette Moria Casan y su hija Sofía Gala.En su discurso, la Presidenta había expresado solidaridad con los afectados por la crisis, pero nunca manifestó sus condolencias con las familias de los muertos. La omisión pudo tener una explicación: cerca de Cristina Kirchner explicaron ayer que ella está fastidiada hasta lo irascible con los policías acuartelados y con los que aprovecharon el desorden para saquear comercios. Demostró ese ánimo durante sus palabras, cuando dijo que pese a tener ella un origen humilde y que nunca le sobró nada, nunca se hubiera robado un televisor.La línea argumental de su discurso, y la de los funcionarios de su gobierno, daba a entender anoche que las protestas policiales buscan eclipsar los supuestos logros de su modelo económico y que éstas no se debían a los fracasos en sus políticas sociales. Y deslizaron así, por ende, que las principales víctimas del caos no eran los comerciantes y la gente afectada por los saqueos, sino ella y su gobierno.El diagnóstico que dio el secretario de Seguridad, Sergio Berni, en sus informes reservados a Cristina Kirchner en Olivos es alarmante. "Hay una desestabilización. Hay...

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