Quieren hacer historia

Martino: la receta contra el ADN alemán

HOUSTON.- "Los días de partido corresponde afeitarse". Gerardo Martino no quiere entrar en la dinámica barbada que inició Messi y siguió su amigo Kun Agüero. Dice que esa época quedó atrás, pertenece a otros tiempos. Como en sus últimos años a cargo del mediocampo de Newell's: algunas fotos testifican que el 8 que usaba vendas por encima de las medias supo llevar barba.

Esas dos imágenes del técnico, la del pasado y el presente, también simbolizan un rasgo que identifica a su equipo a lo largo de esta Copa: su capacidad para ponerse distintos trajes de acuerdo a lo que la ocasión indica. Ahora, la selección sabe jugar el juego que más le convenga. "En relación con la Copa de 2015 creo que ahora somos más parejos, tuvimos menos altibajos", en palabras de Martino.

Ese paso adelante no significa arriar banderas, por más que a Martino no le guste tanto el señalamiento. Al revés, parece un signo de madurez: se crece cuando se asumen las debilidades. Y el técnico acepta que en algunos aspectos, la Argentina tiene rivales superiores: "Elaboramos más de lo que corremos, y eso está bueno, aunque por supuesto que también corremos. Y tenemos más intención de presionar arriba que de retroceder, pero también sabemos hacerlo. No somos los mejores", apunta. Del resto de los competidores, al que más respeta es a Chile.

"Nos sentimos más cómodos jugando un partido como el de Bolivia, con mayor posesión. Pero si no tenemos la capacidad de modificar la forma, podemos poner en riesgo el resultado. Por eso cambiamos en el segundo tiempo contra Venezuela, para que no nos hicieran daño por el medio como había pasado en los últimos 15 minutos de la primera etapa. Lo importante es no dejar de ser un equipo sólido". Ese extracto de la conferencia de prensa de ayer explicita el cambio.

Ese salto también le permitió disponer de un menú de opciones más variado. Este campeonato ha mostrado que detrás de Messi y compañía pueden haber segundas guitarras que no desafinen. El manejo de Lamela, el recorrido y la gambeta de Gaitán y la dinámica de Augusto Fernández son atributos que, antes de salir de Ezeiza, parecían reservados a momentos puntuales o finales de partidos. El armario de la selección tiene ropa en el fondo: 20 de los 23 convocados ya estuvieron en la cancha, y a nadie se le notaron las costuras.

Con todos ellos, Martino desea llegar por tercera vez consecutiva a la final de la Copa América: la perdió dirigiendo a Paraguay...

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