En que puede influir la participacion de la OIT en el G.20

AutorGerardo Corres
1. Introduccion

La participación institucional de la OIT en el Grupo de los 20 es una iniciativa política impulsada por los Presidentes de Francia, Brasil y Argentina; estuvo fundamentada en los datos de la realidad en una crisis, que había comenzado como financiera y se convirtió en una de naturaleza económica con implicancias sociales. Ello ameritaba la necesidad de que la OIT, tuviera una participación sustantiva en el debate internacional

Al mismo tiempo, la Organización Internacional del Trabajo tomaba acciones políticas que acompañaban este pedido -como lo es la iniciativa del Pacto Mundial del Empleo- por el que se determinan una serie de medidas que tendrán que tomar los Estados para superar la crisis financiera económica y social, fundamentalmente orientadas a intervenciones “ no ortodoxas” orientadas al crecimiento del mercado interno, para suplir la ausencia de demanda internacional y a la protección del aparato productivo interno con medidas de distinto grado de intervención las que, denomina genéricamente en su iniciativa, como políticas fiscales.

La crisis ha producido un cambio de la conducta en los Gobiernos en la forma de enfrentarla, quizás, porque originadas en el “centro del mundo” las recetas de saneamiento sustentadas en el ajuste que se proponían cuando lo eran, en la periferia, no tenían posibilidades políticas de prosperar. Lo importante es determinar como este “cambio” tiene incidencia en el sistema de relaciones laborales; cual es su profundidad en la correlación de fuerzas internacionales o de la política internacional que hasta es1e momento venia conduciendo el proceso de relacionamiento del capital y el trabajo en el marco de lo que podríamos denominar como lo hiciera el Presidente Sarkosy2 globalización que privilegia el “crecimiento externo”

Debe destacarse que en esa globalización externa -pese a lo que se diga- tiene una fuerte presencia del Estado que se “ expresa” por la acción o la omisión; por una fuerte acción en temas tales como la seguridad interior y exterior pero también, por una fuerte omisión del Estado en la economía, que abarcaba no solo “lo económico” en términos “laxos” sino, en cualquier tipo de regulación, que condicionara la inversión y la sostenibilidad de las empresas entre ellas, la regulación laboral.

Esta cuestión es precisamente la clave, para saber cuánto puede influir la participación de la OIT en el Grupo de los 20, debemos mensurar, cual es el giro que han dado los Gobiernos con la crisis; cual es su profundidad. En las próximas líneas, se tratara de fundamentar una opinión para un tema que reconoce innumerables aristas y complejidades y que llamara seguramente a un debate mucho más amplio.

2. El contexto de la situación internacional antes de la crisis para el sistema de relaciones laborales:

Para llegar a alguna conclusión sobre el futuro del mundo del trabajo no nos sirve hacer una interpretación lineal de la intervención de la OIT en el Grupo de los 20 sino, algo que es mucho mas profundo, requiere mucha mas especificidad.

En efecto necesitamos evaluar cual será el destino del derecho del trabajo en el nuevo escenario, porque efectivamente, en esto términos, fue planteada por nuestra más Alta Representación. La Presidenta Argentina, conjuntamente con el de Brasil, fueron muy claros: Su oposición a cualquier medida flexibilizadora3 que se adopte en el Grupo de los 20. Entiendo, que debe interpretarse para ambos países que la participación de la OIT en este Grupo tendería de alguna manera a reforzar esta posición o por lo menos que el trabajo se acerque a lo que los países sostuvieron en la Declaración de Filadelfia, que verdaderamente deje de ser una mercancía.

¿Ahora, está en condiciones la OIT de acompañar” incondicionalmente” un planteo de esta naturaleza “en plenitud”? Creo que no seria posible dar una respuesta univoca a esta cuestión

En primer lugar, porque sería exigirle demasiado a una organización universal con integrantes de múltiples visiones y culturas. La segunda, porque la OIT ha sido parte del modelo lo cual también, le genera, en sus posturas concretas dificultades. Debe recordarse que La dimensión de las relaciones laborales internacionales en la globalización está marcada por un concepto que comenzó a emerger en la Cumbre de Copenhague de 1995 sobre “Desarrollo Social”4 denominado luego, genéricamente “trabajo decente”.

Toda la construcción teórica que gira alrededor del concepto de “trabajo decente” se ha constituido en parte de la dimensión sociolaboral de la globalización. El trabajo decente es antes que nada, una concepción política que modifica el rol en el mundo que hasta ese momento venía sosteniendo la OIT como órgano de naturaleza preponderantemente normativo – se exteriorizaba principalmente su voluntad, a través de convenios y recomendaciones para pasar luego a una institución internacional con objetivos netamente políticos denominados genéricamente estratégicos.5

La prevalencia de los objetivos políticos por sobre las normas internacionales del trabajo – las que eran consideraba excluyentes por que existían realidades sociales que no las contenían-6 va a constituirse en el fundamento y uno “ de los puentes de plata” para la incorporación a la economía mundial de mercado de Estados que antes se encontraban alineados ideológicamente con la Unión Soviética o con esquemas de producción distintos y niveles de protección también diferentes que debieron ser incorporados por razones estratégicas y políticas al modo de producción capitalistas como son por ejemplo, China y otros países del sudeste asiático La India; Países de Europa Oriental .

Como consecuencia de esto, la importancia política de las normas fue suplida, por la Declaración sobre los Derechos Humanos Fundamentales del Trabajo -1998- que junto a la flexibibilidad laboral permitió que por los menos a estos trabajadores que se incorporaban “al mercado” tuvieran un trabajo decoroso, aunque muy lejos, de lo que fuera las condiciones deseadas en la mple, o para que la empresa se adapte al comercio y la competitividad internacional.ostiene que para lDeclaración Universal de los Derechos Humanos de 1948; por ello se sostiene que hay un retroceso en lo que conocíamos como ciudadanía laboral. 7

Sin embargo el planteo de los Presidentes de Brasil y Argentina - que luego ratificaran todos los países del MERCOSUR con la Declaración de sus Ministros del Trabajo para la Preservación de la Crisis frente al Empleo- era necesario porque este es el problema mayor que enfrenta el sistema de relaciones laborales para los trabajadores en la realidad de la globalización es poder traducir los hechos políticos en normas, que sinteticen sus aspiraciones y que, finalmente se incorporen a su patrimonio para luego aplicarlas.

Efectivamente, los trabajadores en general y en particular – con niveles protectorios medios a la prexistentes a la globalización- no pueden quebrar la relacion de desigualdad en que los dejo esta. Así, la producción de normas en estos últimos años, estuvieron orientadas a actualizar el protectorio de algunos trabajadores pero no más, de lo que ya la Organización Internacional había reconocido para otras actividades. Podemos mencionar entre otros, el caso de los marítimos; el de trabajo infantil – con las peores formas- o la modificación al convenio 103 sobre la protección a la maternidad que incluso nuestro país, al momento de la sumisión, recomendó la no ratificación...

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