Pudimos haber sido Venezuela

La reciente celebración del bicentenario de nuestra independencia nos llenó de legítima emoción. Sentimos el orgullo compartido de ser argentinos, lo que supone apreciar que tenemos una identidad propia y rica, que se edifica sobre nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestros valores comunes. Una identidad que se pretendió manipular para tratar de reemplazarla por una presunta identidad regional, como si para integrarnos debiéramos dejar de ser lo que somos, cuando lo cierto es que son precisamente las diferentes identidades nacionales de nuestra América latina las que nos fecundan y enriquecen a todos, y las que nos hacen comprender el valor de la diversidad y la importancia de vivir en paz, con respeto y tolerancia.

Es momento de recordar que a lo largo de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner la Argentina había comenzado a transitar un camino opaco que conducía a ser como Cuba o Venezuela. Fue hecho con disimulo, para no generar resistencias en aquellos que comprendíamos que ésa es la vía que irremediablemente lleva a la pérdida de las libertades civiles y políticas más importantes. Paso a paso, nos acercamos a la ideología que impulsó Hugo Chávez en Venezuela a partir de 1998 y que contagió visiblemente a Bolivia, Ecuador y Nicaragua e infectó a algunos otros países de nuestra región. El modelo económico y social se fue haciendo autoritario y hasta nuestra política exterior, no exenta de negociados, estuvo insensatamente alineada con las directivas que generalmente llegaban desde Caracas.

El sabio cambio de rumbo político votado por nuestra ciudadanía en noviembre pasado evitó que el tránsito hacia el autoritarismo se consumara. Por eso, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo lo correcto cuando recientemente señaló que "la Argentina pudo evitar ser Venezuela".

Mientras tanto, un inepto Nicolás Maduro y su modelo colectivista llevaron al pueblo venezolano a vivir diariamente en la penuria derivada de la escasez de los bienes más elementales, como son los alimentos y los medicamentos. Maduro demolió a Venezuela y su democracia, las destrozó no sólo en el plano político, sino también en el económico. Como consecuencia, el nivel de vida de los venezolanos comenzó a hundirse en un proceso que parece no haber tocado fondo aún.

Cabe entonces imaginarse qué hubiera pasado en nuestro país si la artera deriva en dirección a Venezuela hubiera tenido éxito. Primero, habríamos sido testigos de la...

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