El público siempre tiene la razón

Escena inicial de la película "El Público", de Mariano Pensotti

La primera toma de la cámara es siempre la misma: una vista frontal de la platea que se va llenando con el ingreso de la gente. Llegan solos o de a dos, con la mirada clavada en el programa de mano, sacándose el abrigo despreocupadamente mientras buscan su butaca y confirman la ubicación. Hasta el instante previo a que comience la función, no hay mucho más, y entonces, ¡corten ! Lo que sigue es lo que importa, la historia de una obra de teatro que nunca se ve, contada a través de la mirada de cada una de esas personas; es decir, cómo en un momento imprevisto de la rutina cotidiana, al día siguiente, aflora lo que vieron anoche. El público , The Audience , Le Public , las tres películas que Mariano Pensotti rodó en Buenos Aires, Atenas y Bruselas respectivamente, son de algún modo versiones de una misma relación: la de un grupo de espectadores y la ciudad en la que viven. Pero lo más interesante es esa pregunta silenciosa sobre la experiencia que vive cualquiera en una sala y lo que pasa más tarde con la huella que eso deja.

Por tomar el caso más próximo a nosotros, los once cortos que se encadenan en la versión porteña del film cuentan en pocos minutos el reencuentro de un padre y un hijo en la punta del Obelisco, la mudanza de una familia joven que descubre un secreto en la nueva casa, el sorpresivo pedido que recibe un repartidor en bicicleta o la curiosa forma de hacer el bien que elige un hombre en un día desafortunado. Los personajes atraviesan calles y avenidas reconocibles, pasan por la puerta del Cultural San Martín, se meten en una típica casa de música de la zona o en una de esas galerías comerciales con pequeños locales donde se alimentan realidades paralelas. Y en algún momento pronuncian una frase más o menos así: Ayer fui al teatro a ver una obra sobre un imitador de De la Rúa que en 2001 … Por supuesto no todos siguen igual su relato, no todos ven, resaltan ni invocan la importancia de lo mismo. Si el imitador era bueno o malo, si hizo bien o mal en suplantar al presidente, si tenía la sensibilidad para reaccionar o no frente a la crisis.

El poderoso cuerpo de baile ("figurantes") de la ópera "Nabucco", en versión de Poda

Pensé por lo menos dos veces en las...

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