Pruebas de amor.
| Autor | Comité Editorial |
Dentro del territorio imperial , las acciones son de supervivencia. Dentro de un espacio construido por el capitalismo , todas las acciones tienen un inevitable control por parte de los operadores del poder. Y aquellas acciones que no lo conservan o reproducen , son postergadas o negadas. El sistema -para todos los sujetos que habitan el espacio- funciona a través de una ordenación binaria , o se pertenece o se sufre el sometimiento. Como en una lógica , que respondiera a la necesidad de interpretar una realidad hipócrita, o se sirve a la “máscara” que esconde el plan de genocidio en sus entrañas , o se impone la “muerte civil”.-
La mentira se ha consagrado como la mercancía más valiosa del imperio ; pues aceptar que construimos (a cada paso) este genocidio que niega a la especie , sería el primer paso hacia la definitiva destrucción de sus valores. Y muchos de nosotros (más allá de nuestra alienación), es conciente que dar ese pequeño paso que significa nuestra libertad , importaría abandonar en el camino nuestras posesiones materiales -por más mínimas que sean- y caminar el inexorable derrotero que deberemos transitar en algún momento no muy lejano.-
¿Usted cree que no se puede describir de este modo a la inmensa mayoría de los encuentros humanos en este territorio? ¿Qué lugar tiene la mentira en nuestras miradas? ¿En qué lugar depositamos la verdad que niega nuestra palabra?¿Podemos decir toda la verdad que inunda nuestra realidad? O estamos expuestos a perder las últimas y mínimas honras que arropan nuestra existencia.
Cuando hablamos de la mentira que ordena las relaciones humanas , no estamos hablando de una circunstancia que nos resulte ajena. No estamos hablando de los “inmaculados” CEO , ni de las reproducciones de “segunda selección” que propagan los diarios del domingo para que copie un numerosos “ejército almidonado de reserva”. Estamos hablando también , de quienes dicen combatir esas prácticas. La cobardía no siempre debe avergonzar (pues en cualquier esquina puede tomar nuestros cuerpos ) , pero a veces nos arrastra al espejo donde vemos la miseria que podemos llegar a ser. Quién no escuchó a su lado , “no podemos hacer otra cosa” ; y quién lo dice , no vuelve a su humilde casa en el asentamiento , sino que asciende a su automóvil nuevo , comprado a crédito. Quién no escuchó a algún representante político o de trabajadores , que frente a una elección , oculta descaradamente su ideología para mantenerse en el poder de la estructura que le permite la supervivencia , mientras ésta (casi naturalmente) reproduce la cooptación y alienación de sus miembros. El día después de las elecciones no faltará el “maletero” del poder , que niegue la realidad convenciendo su conciencia diciendo “…la organización (el sindicato o el referente político de turno) tenía razón porque ganamos”. Ganar , solamente...
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