La próxima guerra política

La relación estaba rota desde fines del año pasado. Una tensa reunión entre Cristina Kirchner y http://www.lanacion.com.ar/1558120-lorenzetti-fija-la-posicion-de-la-corte-suprema-sobre-la-democratizacion-de-la-justiciaen diciembre, sirvió para que cada uno pusiera sus cosas sobre la mesa. La Presidenta fue frontal y directa. Había perdido la epopeya del 7-D por la ley de medios. Lorenzetti fue más respetuoso, pero no menos claro. Se despidieron sin acuerdo. Nunca más volvieron a hablar. Para la Corte, la relación institucional quedó quebrada. Esa relación la lleva, de parte del cuerpo, sólo su presidente, Lorenzetti. Salvo Eugenio Zaffaroni, el resto de los jueces de la Corte no habla directamente con Cristina.Zaffaroni se expresa sólo a él mismo, aunque los otros jueces lo arropan con el buen trato y el respeto.Desde entonces, en la Corte se fue instalando una certeza: esa institución, la cabeza de uno de los tres poderes del Estado, sería el próximo enemigo del Gobierno. "Vienen por nosotros. Después de la guerra contra los medios periodísticos, la próxima guerra será con nosotros", repetían. No se equivocaron, aunque es prematuro dar por finalizada la contienda contra el periodismo independiente. La guerra es, en todo caso, contra jueces y periodistas.Esas posiciones diferentes quedaron expuestas ayer en el discurso de Lorenzetti en una de las ceremonias más importantes de su cargo: la inauguración del año judicial. Más expuestas quedaron si, encima, se las contrasta con las declaraciones periodísticas que hizo el mismo día la jefa de los fiscales, http://www.lanacion.com.ar/1558046-alejandra-gils-carbo-la-justicia-actual-es-ilegitima-corporativa-oscurantista-y-de-lobbies-aceitadosésta en representación del pensamiento cristinista. Aunque los dos propiciaron reformas judiciales, Lorenzetti las pidió para "beneficio de la gente" y Gils Carbó las inscribió en las disputas por los espacios de poder, tan típicas del kirchnerismo.Si un extranjero hubiera leído ayer las manifestaciones de Gils Carbó, seguramente habría creído que se trataba de una funcionaria que acaba de acceder a un puesto en la Justicia. La fiscal se quejó de una Justicia "ilegítima, corporativa, oscurantista y de aceitados lobbies". Sin embargo, Gils Carbó tiene décadas de trabajo como fiscal en la Justicia y hasta integra desde hace varios años la mesa directiva de la Asociación de Fiscales. Es raro, además, que no haya dicho nada sobre los jueces más sospechados de prácticas inmorales...

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