Prostitución: no legalizar la explotación

"En una sociedad democrática no cabe la prostitución (...) las mujeres tenemos que ser libres en todos los espacios públicos", dijo la jueza española y delegada contra la violencia de género en representación de ese gobierno Pilar Llop.El debate que se está dando en España respecto de si la prostitución debe ser legalizada o no presenta numerosas y muy diversas aristas, y pone en alerta a muchísimos países que, más temprano que tarde, podrían encontrarse en la misma necesidad de tener que tomar posición al respecto.Como hemos opinado recientemente desde estas columnas, legalizar la prostitución constituiría un error. Sostenemos que, lisa y llanamente, habría que prohibirla. La prostitución viola derechos de las personas, pues, en su amplísima mayoría, su práctica constituye una forma de supervivencia. Aun cuando se argumenta y pretenda mostrarse que puede ejercerse de manera "voluntaria", esconde en realidad explotación sexual en beneficio de terceros.Como acertadamente ha dicho la doctora Llop, cualquier forma de proxenetismo y explotación sexual es violencia de género. No puede comprenderse que no lo sea cuando se degradan el cuerpo y la psiquis de quien ejerce la prostitución.Decíamos antes y ratificamos ahora nuestra opinión de que no se puede equiparar el ejercicio de la prostitución con el de un "trabajo autónomo"; ni siquiera puede hablarse seriamente de una relación laboral cuando claramente se trata de explotación humana. Muchas mujeres, especialmente las más jóvenes y las más pobres, entran engañadas en ese siniestro submundo. Se les prometen trabajos rentables que no son tales. Se las tienta con un futuro promisorio cuando, en rigor, se las esclaviza, integrándolas a redes de trata que pueden llevarlas a la muerte. Estamos, sin ambages, frente a un tráfico de seres humanos, a una condición de esclavitud, se la mire por donde se la mire.Legalizar la prostitución es mostrarse indiferente frente a la dignidad vejada de las personas que son forzadas a ejercer una actividad habitualmente relacionada con el comercio de drogas y la pornografía. Es apoyar el desarrollo y la proliferación de estas redes criminales. Demasiado silencio y complicidad se verifican en todo el mundo ante este tipo de situaciones, que siguen existiendo a pesar de legislaciones que las prohíben. En nuestro país, el Código Penal y la ley sobre trata de personas consideran delito la explotación sexual.Hace pocas semanas, una mujer argentina de 45 años fue...

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