Progreso y armonía con el hábitat

El verdadero progreso contempla el respeto y la defensa de los valores que cada comunidad ha elaborado en armonía con su hábitat. Sin embargo, es habitual que surjan proyectos de infraestructura que ignoren o no guarden relación con la voluntad de la comunidad ni con el espacio que la rodea. Algo así parece haber ocurrido en el balneario de José Ignacio, en Uruguay, tal como ha reflejado LA NACION días atrás: la bajada a la playa -antes, un camino angosto de arena se transformó en pocos meses en una ancha avenida pavimentada de dos manos con estacionamiento para una gran cantidad autos. Se suma a esto la propuesta de megaemprendimientos en la zona, con una densidad similar al mismo pueblo, o los cambios de la reglamentación local que habilitan la construcción de hoteles en el casco del balneario, algo que, de concretarse, afectará notablemente la fisonomía del lugar, desconociendo el interés de los vecinos.Resulta doloroso que aquello que la comunidad valora y busca legítimamente proteger pueda desvanecerse por una decisión inadecuada. La belleza de espacios como el que nos ocupa responde a una relación entre sus atractivas características naturales y un conjunto de valores forjados a través del tiempo, merced a la participación y el esfuerzo de muchas personas. En alguna medida, debido al trabajo de una liga de fomento que colaboró con el establecimiento de criterios acerca de lo que se esperaba para el futuro del lugar.La ausencia de una planificación estratégica que permita establecer cómo quiere crecer la comunidad y disponer de su territorio es una de las razones para que se plantee este tipo de conflictos. Como herramienta, esta brinda el marco para el desarrollo de un territorio, estableciendo las metas que guiarán hacia el progreso buscado. Esos objetivos, discutidos de modo participativo con todos los sectores de la sociedad, permiten preservar el carácter del sitio, su capacidad de carga, y facilitan que los ciudadanos canalicen sus preocupaciones y sugerencias en forma inteligente a través de un proceso edificante, que fortalece la cultura cívica y, al mismo tiempo, limita la posibilidad de que se adopten decisiones que podrían impactar de manera irreversible en el carácter y los valores locales ante urgencias coyunturales o políticas. Se trata de prever el diseño del mejor porvenir del lugar.Lo cierto es que, al menos durante...

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