La programación 2015 de Malba: una apuesta por un museo orgánico

En una amable conferencia presidida por su nuevo director artístico, el español Agustín Pérez Rubio, Malba presentó ayer a media mañana en su auditorio la programación del año que viene. Si bien Pérez Rubio insistió en que su gestión se funda en tres pilares (la colección, la programación -lo que comprende centralmente las exposiciones- y las tareas educativas dirigidas al público), la gran novedad es la pretensión de "cohesionar" o de buscar una especie de "sinergia", según las palabras del propio director, entre las varias actividades del museo.

Pasado en limpio, esto implica en los hechos una completa transversalidad de los proyectos, o bien, dicho en otros términos, no pensar al museo como una sala de exposiciones con una programación más o menos satelital, sino como un cuerpo sin tabiques que se muestre con un funcionamiento orgánico.

Naturalmente, no es una tarea sencilla y trae consigo, para empezar, la constitución de un equipo que trabaje en esa misma dirección. Ese equipo existe. En el plano de las exposiciones, el año empezará con Experiencia Infinita, que podrá visitarse del 20 de marzo al 8 de junio. Según Pérez Rubio, que tendrá a su cargo la curaduría, la meta consiste en "revisar la posibilidad de la performance en el espacio de museo". La clave reside en un cuestionamiento de la idea de objeto y pensar trabajos que se desarrollen en el espacio expositivo. En este caso, serán todas obras del siglo XXI que combinan situaciones construidas, esculturas vivas y coreografías.

Imágenes fijas, imágenes móviles

Otra de las exposiciones temporarias será Annemarie Heinrich. Intenciones Secretas, que reúne fotos íntimas (entre...

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