Los profesionales del futuro en el sector agropecuario

Hay carreras universitarias que pueden considerarse clásicas en nuestro país: medicina, abogacía, administración agropecuaria, entre otras. Sin embargo, podría decirse que, de estas tres, aquella que mayores cambios presentará en un futuro cercano respecto de las habilidades, conocimientos técnicos requeridos y variedad de actividades potenciales en las que desarrollarse, es, sin lugar a dudas, la del profesional agropecuario.

Puede sonar un poco pretencioso; permítanme explicar mejor mi aseveración.

Tradicionalmente, un profesional del agro (agrónomos, veterinarios, licenciados en Producción y Gestión Agropecuaria), se dedicaba fundamentalmente a la producción y administración del negocio agropecuario, trabajando generalmente con cultivos extensivos o con ganadería u otras actividades pecuarias o agrícolas intensivas, y en paralelo, procurando aceitar la gestión financiera y económica de los establecimientos productores. Hoy día, los horizontes laborales de estos profesionales han mutado y comienzan a abarcar una infinidad de cuestiones que jamás antes hubiéramos imaginado.

Sinteticemos antes el panorama general del contexto actual y futuro que enfrenta el sector.

Vivimos en un planeta en el que la superficie cultivable no puede seguir expandiéndose a no ser que se logre a costa de los bosques y selvas remanentes del mundo (y es fácil intuir que esto no es deseable). Al mismo tiempo, la población sigue en franco aumento, lo que demandará importantes incrementos en la producción de alimentos.

Adicionalmente, una parte muy importante de la superficie cultivada está atravesando diversos procesos de degradación de suelos, algunos de ellos muy graves, los que pueden terminar en una completa inutilidad de dichos suelos.

Por otra parte, está el cambio climático, además de aumentar los eventos extremos (sequías, inundaciones), irá modificando los ambientes de forma que puede llegar a cambiar notablemente el área de distribución de los cultivos. El agro, además, participa de las emisiones de gases efecto invernadero, sobre todo con dióxido de carbono, metano y óxido nitroso; en este marco, especialmente la ganadería está bajo la lupa.

En paralelo, los recursos hídricos escasean en importantes regiones , siendo el agro considerado el mayor consumidor de agua dulce del mundo (estimándose que utiliza el 70% de esta -aunque nuestro país posee poca superficie regada).

Asimismo, la pérdida de biodiversidad en general es alarmante, y fácil de entender...

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