El problema insoluble de la comunicación K

Por las pintitas negras sobre el blanco inmaculado de su vestido, no faltaron los pícaros que se divirtieron al asociar a la presidenta honoraria con Cruella de Vil, aquel pérfido personaje de Disney que se hacía sus tapados con piel de perritos dálmatas.Bromas aparte, la mandataria cada vez menos ejecutiva reapareció sólo para anunciar un http://www.lanacion.com.ar/1657619-progresar-el-nuevo-plan-del-gobierno-para-los-jovenes-ni-nien una suerte de feliz burbuja donde todo fueron sonrisas y aplausos, mientras afuera el país ardía en más de un sentido. Tal vez fue un holograma de ella misma porque no tocó ninguno de los asuntos que preocupan por estas horas a los argentinos (, , paritarias, , protestas sociales, etc.). Su discurso podría haber sido pronunciado en 2011 o en 2015, por su atemporalidad y desconexión con los temas acuciantes de la realidad.Más allá de esa aparición, y de las próximas que haga en la cumbre de la Celac, en La Habana, la tercerización de hecho de la comunicación presidencial en un subalterno (el jefe de Gabinete) es la mayor novedad en los diez años y ocho meses que lleva la facción peronista al frente del poder desde entonces.Hasta los problemas de salud de la jefa del Estado, en octubre pasado, se había caracterizado por un dominio centralizado, absorbente y personalista de sus líderes máximos (Néstor y Cristina Kirchner), apenas complementados, con intermitencias, por voceros secundarios ("los Fernández", Aníbal y Alberto, hasta el conflicto con el campo; luego Aníbal solo y periódicamente con participaciones estelares de Julio De Vido).Según los humores de cada momento, suben o bajan en la trascendencia pública Amado Boudou, ahora presidente invisible y frizado , y Axel Kicillof, atufado porque la realidad no se adapta a su gusto, pero todavía con peso para hacerse oír. Aleatoriamente pueden sumarse otros ministros (Randazzo, Rossi) o algunas "espadas" legislativas (Kunkel, Diana Conti, Pichetto, etcetera).El intento nepotista, que funcionó con éxito entre los dos integrantes de la pareja presidencial, no se transfirió con la misma fluidez y fuerza a otros miembros de la familia, como la desangelada Alicia Kirchner y, menos todavía, operó en el introvertido Máximo, en tanto que Florencia ya eligió ponerse del lado de atrás de las cámaras, también en absoluto silencio público.Capitanich quiso heredar el aura presidencial para proyectarse en la carrera de 2015, pero sus propias limitaciones lo encorsetan en un formato de...

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