Privilegiar la vida ante todo

Todavía hay hoy quienes a estas alturas ponen en duda la existencia de un ADN propio de cada persona a partir del momento mismo de la concepción, esto es desde la fusión del óvulo y el espermatozoide que da origen al embrión. Es esa unión la que genera un ser único e irrepetible, individualizable y distinguible de cualquier otro de la misma especie. Aun así, los ideólogos y activistas de turno, siempre dispuestos a invocar supuestos derechos de la mujer, insisten en que este ser "por nacer" no existe separado del cuerpo de quien lo concibe, que sólo sería una parte, como un dedo, o un apéndice. Para este nivel de ceguera conceptual que contraría severamente las irrefutables comprobaciones científicas con las que hoy contamos gracias también al avance tecnológico que confirma la vida desde el instante de la concepción con impactantes imágenes en 5D la madre quedaría habilitada a "sacarse"/"extirparse" el feto, como quien decide cortarse el pelo, simplemente porque el derecho sobre su cuerpo la asistiría para pisotear el derecho a la vida del niño por nacer.

Tampoco corresponde reducir el tema del aborto a un "problema de salud" como pretenden desde la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario, en cuyos claustros comenzó a dictarse en estos días una materia optativa sobre el tema. La iniciativa no puede sostenerse desde lo científico desconociendo la dimensión ética intrínsecamente ligada al cercenamiento de la vida. Ni desde el punto de vista filosófico ni mucho menos desde el científico, estas posturas tienen el menor fundamento. Su sola enunciación encierra la demostración de la grave falacia que encierran. El discurso de los activistas sólo se mantiene vivo desde las posiciones políticas o ideológicas extremas, violentas a veces, que se pueden vociferar hasta el cansancio, pero no se pueden sostener en una discusión que pretenda ser seria y racional. Tan cargado de vida propia está el embrión que incluso se lo puede desarrollar fuera del útero en el que fue concebido, para implantarlo en un vientre diferente. Alguien podrá discutir luego si el aborto será o no punible, pero lo indiscutible es que cualquier práctica abortiva mata a un ser humano vivo. No existe el matiz, o la posibilidad, de "un poco" ser humano, o "un poco" ser vivo. O es un embrión humano, distinto de su mamá, o no lo es. Que su ADN sea diferente al de ella es una prueba incontrastable de una individualización que se mantendrá a lo largo de toda la vida...

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