Los principios en el Derecho del Trabajo

AutorLucía M. Aseff
Páginas51-61
LOS PRINCIPIOS EN EL DERECHO DEL TRABAJO
Una rama del derecho —y el Derecho Laboral no escapa a esta a pre-
ciación— se constituye como tal en forma autónoma cuando tiene una
serie de principios diferentes a los del derecho común, que deben ser
considerados como generales y abarcar el mayor campo posible dentro
de la materia que se trata, pues le otorgan el sentido general y su lógica
interna a la rama especial en cuestión, su identidad y autonomía. Sin
dejar de tener en cuenta que existen diversas def‌iniciones sobre los prin-
cipios, podemos decir, prima facie, que son las directrices que orientan
una disciplina y constituyen herramientas para resolver una situación
conf‌lictiva mediante reglas e instrumentos técnicos de decisión que se
derivan de su contenido.
Es así que los principios se proyectan sobre el sistema de fuentes
para interpretar las normas jurídicas y resolver su concurrencia con
otras normas en vistas a su aplicación, tal como se encuentra expresado,
por ejemplo, en el art. 11 de la Leyde Contrato de Trabajo (LCT), eri gién-
dose en criterios orientadores de la labor del intérprete.
Como lo señala Carlos A. Etala al referirse a este artículo en “In-
ter pretación y aplicación de las leyes laborales”, Editorial Astrea, Bue-
nos Aires, 2004, p. 132 y ss., esta “…locución “principios generales del
derecho del trabajo”…alude promiscuamente a diferentes núcleos de
signif‌icación a saber: a) el de “regla, guía, orientación o indicación ge-
nerales”; b) el que expresa generalizaciones ilustrativas, obtenidas a
partir de normas o reglas del ordenamiento jurídico laboral; c) el que
alude a juicios de valor que recogen exigencias básicas de justicia y
moral positivas y que emanan de una conciencia jurídico social, y d)
los vinculados con las ideas de “f‌inalidad, objetivo, propósito o meta””.
Atendiendo a la clásica distinción de Ronald Dworkin entre normas,
directrices políticas y principios explicitada en “Los derechos en serio
(Editorial Planeta, Barcelona, 1993), podemos señalar que si bien las
normas se pueden identif‌icar por su origen, directrices y principios

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