El primer episodio de la serie, desde la óptica de los técnicos

La trilogía superclásica, entre el campeonato y la Copa Libertadores, tiene en vilo a todo el fútbol, pero Rodolfo Arruabarrena y Marcelo Gallardo, los técnicos de Boca y River, respectivamente, dos exponentes del recambio generacional que promueve propuestas ambiciosas, se alejan de la histeria que rodea a la serie que empezará mañana, en la Bombonera, y terminará el 14 de mayo, en el mismo escenario. Identificados con los clubes que dirigen desde los días de juveniles, multicampeones y capitanes en los tiempos de futbolistas, sus mensajes descomprimen, como si resultaran una continuidad de la charla que mantuvieron los presidentes Angelici y D’Onofrio en LA NACION. Compañeros en la escuela de técnicos y en la selección, ya tuvieron el bautismo desde el banco de los suplentes, el lugar en el mundo para seguir ligados a un partido que apasiona.

Arruabarrena: "Usar la palabra fracaso en estos temas, no va"

Un mensaje cuidado, intuyendo que esto recién empieza. La agenda tomará temperatura a medida que avancen los días, entre el vértigo del campeonato y la Copa Libertadores. El partido que iniciará la serie aparece sin cartel, opacado por lo que será el mata-mata internacional. "Tenemos la obligación de ir a buscar el partido siempre; todavía no pasamos el primero como para pensar en el jueves. Esperemos demostrar en estos tres partidos que somos superiores, debemos ganar el domingo [mañana] para seguir punteros y pasar en la Copa", ensayó el Vasco Arruabarrena, a modo de escenario. El superclásico es un partido que no admite antecedentes, y a eso le apunta el técnico. "Los pequeños detalles son importantes siempre, más cuando se enfrentan dos punteros, o se juegan dos clásicos en una Copa", asegura el entrenador xeneize.

Invicto en el año, con dos triunfos sobre River en los partidos de verano; puntero en el campeonato y el mejor equipo en la serie de grupos de la Copa Libertadores, la eliminación a manos del rival de siempre en la Copa Sudamericana 2014 es una espina. "¿Favoritos? Eso lo dicen los de River para ponernos presión a nosotros… Es todo muy parejo, estamos en la misma forma. No sería una simple eliminación, pero no sería un fracaso. Sí, sería un golpe duro para cualquiera quedar afuera en octavos de final. Usar la palabra fracaso en estos temas, no va. Sé que los resultados mandan, pero un resultado positivo o adverso no hará cambiar mi manera de trabajar. No pienso en mi futuro, voy partido a partido", relata Arruabarrena.

Sin...

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