El primer capítulo de un duelo al que le sobran emociones

El presente los acorraló, casi que los asfixia. Una sola vía les quedó disponible para que circulen, aunque la planificación incluyó otros caminos cuando empezó el semestre. El margen de maniobra se redujo y no habilita lugar para los errores. La realidad marca que la Copa Sudamericana es el único objetivo al alcance de la mano para Lanús y River, quienes se medirán, desde las 20.15, en el Sur, en el partido de ida por los octavos de final. Será el primer episodio de una serie que terminará el próximo 6 de noviembre, en el Monumental. Una llave que encierra dos premios para el que resulte vencedor: la clasificación a la nueva etapa y el boleto para disputar la Copa Libertadores 2014. Un juego que dejará secuelas y podrá marcarles el pulso a los técnicos Ramón Díaz y Guillermo Barros Schelotto. Como si al encuentro le hiciera falta algún otro agregado, la última vez que Lanús y River estuvieron frente a frente, hace exactamente un mes, encendieron la chispa con un desenlace polémico, de pulsaciones aceleradas.Por jerarquía y antecedentes recientes, River y Lanús se prepararon para ser protagonistas en el torneo Inicial y la Copa Sudamericana, aunque la irregular campaña que desarrollaron en el plano local los alejó de la pelea mucho antes de lo pensado. El certamen internacional, entonces, es la tabla a la que se aferran para mantenerse a flote. Cada equipo llega a la cita envuelto en situaciones singulares, y la eliminación acentuará la frustración en cualquiera de las dos veredas.Como en su ciclo más exitoso en River, aquel del tricampeonato y las Copas Libertadores y Supercopa, Ramón Díaz ejecuta movimientos que enseñan que el equipo se prepara de una manera particular para jugar lejos del Monumental. En aquella época, el comodín del riojano era Juan Pablo Sorín; ahora, Matías Kranevitter. La táctica y el juego que le permitieron eliminar a San Lorenzo reflejaron –y así lo ratificó con sus declaraciones– que el Pelado está dispuesto a echar mano a todo lo que tiene al alcance para salir airoso, aunque eso conlleve críticas. Además del ingreso del juvenil volante –jugará a la izquierda de Ponzio–, las restantes variantes serán Andrada por Mora y Lanzini en el lugar de Fabbro. La idea del cuerpo técnico era mantener en la formación al paraguayo, pero el enganche se reincorporó ayer a los entrenamientos, tras la muerte de su padre.El escaso poder de fuego de River y la racha de cuatro partidos sin triunfos que arrastra en el torneo Inicial son temáticas que...

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