De la primaria al secundario: un salto que provoca estrés en los chicos

El curso de adaptación de dos meses que recibió Santiago, de 14 años, cuando estaba por terminar séptimo grado el año pasado fue el impulso necesario para encarar la secundaria. Durante noviembre y diciembre, por iniciativa de su colegio, cursaba una hora y media por semana y, dice, fue la clave para sobrellevar el ingreso al secundario, que en muchos casos, como señalan los especialistas consultados por LA NACION, se suele vivir con estrés.

Como Santiago, otros 20.300 chicos de todas las escuelas públicas de la ciudad que este año terminan séptimo grado y el próximo empiezan la secundaria tomarán un curso de articulación para aminorar el brusco pasaje del nivel inicial al medio. Según lo anunció el gobierno porteño ayer, será obligatorio y durará 10 días. Así, entre el 20 de febrero y el 3 de marzo, los chicos cursarán tres horas por día tres materias: matemática, lengua y metodología de estudio. En relación con el resto, empezarán las clases dos semanas antes.

En la transición de la primaria a la secundaria influyen factores sociales, psicológicos y académicos. Y como el cambio se da en plena adolescencia, el cimbronazo tiene un fuerte impacto en los chicos. Aumentan la exigencia y el sentido de la responsabilidad, se pone en juego la capacidad para adaptarse a un contexto diferente y aparece un nuevo escenario en el que los estudiantes pasan, sin solución de continuidad, de tener dos o tres maestros a más de 10 profesores.

La ministra de Educación de la ciudad, Soledad Acuña, explicó a LA NACION que una de las grandes fallas del área es la falta de articulación de contenidos entre la primaria y la secundaria. Según pudo comprobar la funcionaria, los dos primeros años del nivel medio generan una mayor dificultad para los alumnos. "El promedio general de abandono es de cinco puntos, y en primer año, de siete. Lo mismo se registra en el caso de la repitencia", indicó. El curso servirá como un repaso y una revisión de técnicas de estudio.

Para Agustina Cavanagh, directora de la fundación Cimientos, que promueve la igualdad de oportunidades educativas, el sistema argentino tiene algunos puntos críticos. "La transición entre niveles es uno de ellos", señaló. Y agregó: "Muchos describen este proceso con una imagen: los alumnos pasan de ser cabeza de león a...

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