La presión de la calle ahoga aún más a los separatistas catalanes

BARCELONA.- La historia se escribe con ritmo de vértigo por estos días en Barcelona. El parte dice que, preso de confusiones, el independentismo catalán pierde aire y que el clamor por la unidad de España volvió a ocupar la calles de esta ciudad.

"Todos somos Cataluña, por la convivencia, ¡cordura!", decía la pancarta que encabezó una multitudinaria marcha a favor de la unidad de España.

Fuera de la euforia callejera, empieza la prueba de fuego. El gobierno central comienza esta mañana el desembarco de funcionarios en el Palacio de la Generalitat, la oficina de la que fue desplazado el presidente Carles Puigdemont. Es el comienzo de la toma concreta del poder en la autonomía.

La punta de lanza será el secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, una persona de confianza de la interventora Soraya Sánez de Santamaría. Luego llegarán otros.

Lo hará con el telón de fondo de la masiva marcha de apoyo de ayer. Esta vez hubo un contundente apoyo de la izquierda. Autoridades del Partido Socialista Catalán marcharon junto a dirigentes del Partido Popular (PP) y de Ciudadanos.

El dato fue ignorado por los independentistas, que una vez más usaron las redes sociales para descalificar la masiva marcha como un desfile de "fascistas", que es el argumento que suelen emplear para descalificar a quienes se oponen a la ruptura.

Fue la primera marcha contra la separación de Cataluña que se realiza bajo la intervención del gobierno central de Mariano Rajoy sobre la autonomía. La primera tras el cese de las autoridades regionales que promovieron una ruptura independentista. Según la policía, participaron unas 300.000 personas.

Rajoy respaldó la manifestación a través de su cuenta de Twitter. "Concordia, convivencia y seny, democracia y diálogo en la ley", tuiteó el presidente, junto a dos imágenes de la marcha. "Los catalanes hablarán con libertad y garantías", en referencia a las elecciones programadas para el 21 de diciembre, agrega el tuit del mandatario.

Hoy, con el retorno a la actividad cotidiana, comienza una prueba de fuego para esa toma de control. La duda es si habrá "resistencia civil" en los lugares de trabajo. Sobre todo, en oficinas públicas. Las señales eran en sentido contrario. El destituido Puigdemont permanece fuera de Barcelona.

No hay indicios de que pretenda regresar a la que fue su oficina de gobierno.Lo mismo se recogió por parte de varios de sus 12 destituidos ministros. Trascendió que varios...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR