El presidente que no les teme ni a los rayos ni a los obstáculos

PARIS.- La lluvia torrencial, el granizo y hasta un rayo que cae sobre el avión que lo lleva a Berlín. ¿Cómo resistir a la tentación de parafrasear aquellos versos del Romancero Viejo: "¡Abenámar, Abenámar, el día que tú asumiste, grandes señales había!".Sus detractores dirán que los dioses del Olimpo le mostraron así los sinsabores que le esperan durante los próximos cinco años. Sus partidarios verán en esos extraordinarios episodios una señal de buen augurio. François Hollande pareció, por su parte, encantado con la lluvia e incluso con el granizo que lo acompañó durante su primera jornada como presidente de Francia.Sereno, sonriente y accesible, el nuevo jefe del Estado hizo todos los esfuerzos para que un mensaje quedara grabado en la memoria de sus compatriotas: justicia, sobriedad, imparcialidad y reconciliación serán las características de su acción.Hollande quiso además poner este día bajo el signo de la confianza. Una palabra que pronunció seis veces durante su discurso de investidura y repitió muchas más durante la jornada. "Confianza en el futuro, en las capacidades de la sociedad, de las instituciones, en la juventud, la investigación y la educación", precisó.Para marcar la importancia que la juventud y la educación tienen para él, su primer acto protocolar evocó a Jules Ferry, padre de la escuela laica, libre y gratuita en Francia. Frente a su estatua en el Jardín de las Tullerías se reunió con centenares de docentes, niños y jóvenes estudiantes. A los maestros, que mantuvieron una pésima relación con Nicolas Sarkozy durante su quinquenio, prometió 60.000 puestos más en cinco años; a la juventud le repitió que hará todos los esfuerzos para que tengan un porvenir y las mismas posibilidades, sin diferencias de raza, religión o procedencia. Ese gesto fuerte, cargado de simbolismo, contenía un mensaje que no escapó a nadie: en plena crisis financiera, en medio de una Europa que tambalea, es imprescindible pensar en las generaciones futuras.El otro gran objetivo de esta primera jornada presidencial fue desmarcarse rápidamente del quinquenio de Sarkozy. Hollande no parece tenerlo en gran estima y no hace esfuerzos por ocultarlo. "Fijaré mis prioridades, pero no decidiré todo, por todo y para todo", afirmó en su discurso de investidura, aludiendo indirectamente a la...

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