Un Presidente que dice y se desdice

Alberto Fernández

Faltan 42 días. Si llegara al 26 de marzo sin lograr un acuerdo definitivo con el Fondo Monetario Internacional, la Argentina habrá caído por primera en su historia en default con los organismos multilaterales . Una transgresión que no cometió ni siquiera en el irresponsable 2001. La crisis, por lo tanto, sería más profunda y más vasta. El Presidente lo sabe y suele explicarlo con cierto dramatismo ante sus colaboradores más cercanos. El país está ya, además, con reservas netas de dólares prácticamente inexistentes. La economía se acerca al punto de parálisis por la falta de insumos esenciales, que se importan y se pagan con dólares. Un acuerdo con el Fondo significaría para el Gobierno el ingreso de unos 5000 millones de dólares, que son los que le pagó al organismo en los últimos dos años. Por eso, Alberto Fernández informó que el préstamo será de 44.500 millones de dólares, que es el monto que recibió en su momento Mauricio Macri . Un préstamo como si no se hubiera pagado nada, porque lo que se pagó se devolverá. El Gobierno agregó que luego del acuerdo podría recibir préstamos de otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el BID, pero estas puertas se cerrarían en el acto si no hubiera acuerdo.

El país está llegando con la lengua afuera al último límite de sus deudas impagables porque el Gobierno perdió dos años sin concretar un acuerdo con el Fondo . No lo hizo por razones electorales y porque sabía que el entendimiento con el organismo detonaría las disidencias internas dentro de la coalición peronista gobernante, como sucedió en los últimos días. Sabía de antemano, en última instancia, que el cristinismo se reservaría el papel de oficialismo y oposición al mismo tiempo . Son oficialistas cuando se trata de controlar las cajas más preciadas del Estado (La Cámpora está al frente de la Anses, el PAMI, Aerolíneas Argentinas y tiene importantes cargos en la AFIP, entre otras dependencias con manejo de monumentales recursos estatales), pero son opositores cuando el oficialismo debe aplicar medidas necesarias para empezar a normalizar los descontrolados gastos del Estado . Esa dualidad entre ser oficialistas y opositores del cristinismo de pura cepa, encontró en el Presidente a un político capaz de caminar en direcciones distintas en el mismo momento . Se alejó de los países occidentales que lo ayudaron a llegar al principio de acuerdo anunciado con el Fondo, pero a la vez no resolvió ninguno de los problemas...

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