La Presidenta y los desgarros de un país inviable

"Mirá lo que hiciste, sos una vendida a Clarín", repetía como un mantra . No quería escuchar argumentos ni entrar en diálogo con la mujer que amablemente se le había acercado para conversar un rato. Norma Morandini estaba por embarcar hacia Córdoba cuando vio al "muchacho" de junto a un grupo de pasajeros en tránsito. Y no pudo en ese momento crucial sino pensar en la aflicción que le había provocado la noticia de que la militancia kirchnerista seguía haciendo http://www.lanacion.com.ar/1616868-la-polemica-por-los-asados-en-la-ex-esma-se-traslado-al-senadoen el predio donde alguna vez funcionó la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA). Cabandié acababa de aplaudir públicamente esas fiestas, que para Norma y muchos otros luchadores por los derechos humanos constituyen una banalización profanadora. "No bailen sobre la tumba de nuestros muertos", había declarado Morandini. Sus dos hermanos, Cristina y Néstor (inquietantes nombres que baraja el destino) fueron secuestrados y permanecen desaparecidos, y ella misma tuvo que exiliarse, pero jamás demostró por ello revanchismo ni practicó el marketing de la época. Siempre tuvo, como periodista y legisladora, una actitud serena y doliente, y propugnó una justicia reparadora y una política humanista despojada de partidismo y mendacidad. Pero el día anterior a ese cruce en el Aeroparque había impulsado sobre tablas un proyecto de declaración para repudiar los hechos y los senadores del Frente para la Victoria, con gran picardía, se habían ocupado de mandar el asunto a comisión, es decir, a vía muerta.El aeropuerto estaba atestado y Norma tuvo la precaución de apartar a Cabandié del resto para buscar su confidencia y no forzarlo a una sobreactuación frente a testigos. "Cuando los veo a Victoria Donda y a vos no puedo dejar de pensar que nacieron en el mismo lugar en el que estuvieron secuestrados mis hermanos -arrancó Morandini-. He pensado mucho en estos días, y me doy cuenta de que para ustedes ahí no está la muerte sino la vida. Precisamente porque ahí nacieron." Era un discurso espontáneo y conciliador, pero Cabandié la bloqueó con su disco rayado: "Vendida a Clarín". Una y otra vez. Hasta que Norma, fiel creyente de la belleza de la bondad, también se salió de las casillas. No hubo discusión concreta, sólo violencia verbal. "Me siento mal cuando me sacan lo peor -me confesó ella hace unos días-. Yo trato de no hacer lo que critico, y ahora estoy cerrada sobre mí misma y ya no tengo más ganas de intentar un...

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