Presente y futuro de la diabetes

El problema de la diabetes inquieta justificadamente a la sociedad. Semanas atrás, fue la Organización Mundial de la Salud (OMS) la encargada de dar a conocer la campaña iniciada a fin de que los países que la integran ejerzan un firme control de las enfermedades no transmisibles que componen un grupo prioritario de riesgo, entre las cuales se encuentra precisamente la diabetes, y en virtud de que se ha venido registrando un incremento de esta enfermedad desde las décadas finales del siglo pasado.

En términos globales, la población de diabéticos dispersa en los distintos países se ha estimado en una alarmante cifra que supera los 400 millones de personas. Se estima que, de continuar con ese ritmo de aumento, llegarán a ser casi 600 millones en un lapso de alrededor de 20 años.

La diabetes es una enfermedad crónica que surge cuando el cuerpo es incapaz de producir o de usar adecuadamente la insulina para nivelar el nivel de azúcar en sangre.

En nuestro país se calcula que uno de cada diez habitantes padece de diabetes. Es decir que son casi tres millones de personas mayores de 18 años las que la sufren en forma asociada con el sedentarismo, la mala alimentación y el tabaquismo. Esos datos ponen de relieve la gravedad de esta enfermedad, que es la cuarta causa de fallecimientos en el mundo, y la consecuente necesidad de que autoridades y habitantes afronten este problema de modo de poder llegar de manera más eficaz a la prevención, el tratamiento y, en definitiva, a la reducción de esta patología.

El último congreso anual de la Asociación Americana de Diabetes retomó este tema y lo consideró una cuestión muy significativa.

A pesar de que se han multiplicado los recursos terapéuticos para el tratamiento, las metas alcanzadas no confirmaron las previsiones de los ensayos clínicos, ya que sólo el 30 por ciento de los pacientes alcanzó la mejoría esperada.

A esa relativa frustración cabe agregar otro dato de influencia: casi un 50 por ciento de los...