Premio Nobel al choreo

"El enriquecimiento de Lázaro Báez siendo cajero bancario es para un Premio Nobel." (Del fiscal José María Campagnoli.)

Ni la física, ni la química, ni la economía, ni la medicina. La categoría estrella de los premios Nobel todavía no fue inscripta, pero ya tiene una parva de candidatos argentinos. Parafraseando al fiscal , se impone darle un premio al vaciamiento de las arcas del Estado en beneficio propio o, para decirlo en criollo, al choreo estatal. Ganamos seguro.

No será un premio digno de dignidad, como quien dice, pero es un reconocimiento que se hace imprescindible dada la creciente nómina de postulantes. ¿Cuántos ex cajeros de banco en el mundo superan un patrimonio de 700 millones de pesos, como se calcula que tendría Lázaro Báez?, ¿cuántos ex funcionarios de obra pública andan por la vida tirando bolsos llenos de dólares, euros y joyas en el jardín de un convento, como el del kirchnerismo?, ¿acaso no se necesita un galardón como el Nobel para superar el de Patriota del Pueblo y de la Patria que recibió en el hotel Bauen de parte de la agrupación K La Oesterheld?

Es hora de que alguien reconozca la eficacia que en su momento y para no ir tan lejos -ni en el tiempo, ni en el mapa- tuvieron nuestro comprovinciano Mario Fendrich, el subtesorero del Banco Nación a quien nunca le encontraron los 3 millones de dólares que robó en Santa Fe, y el ya célebre ladrón uruguayo Luis Vitette Sellanes, cerebro...

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