Prefacio

• Autor: Guillermo Lariguet
• Páginas: 23-26

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En el presente trabajo me ocupo de una idea que los juristas, particularmente dogmáticos del derecho y jueces, emplean en diversos razonamientos jurídicos. Se trata de la idea de "autonomía de una rama del derecho" o de una "disciplina" de la dogmática jurídica, su relación con la pretensión de "unidad del derecho" y la repercusión de ambas cuestiones en la selección de sistemas normativos aplicables a un caso.

La investigación que ofrezco es la expresión de una Tesis de Doctorado que, con apoyo de Conicet, defendí en noviembre de 2004 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y que fuera evaluada como sobresaliente y con recomendación de publicación por un tribunal conformado por los Dres. Ernesto Abril, Enrique Liberati y Carlos Gustavo Vallespinos. A ellos debo agradecer sus observaciones, las cuales han sido debidamente atendidas en esta versión.

Con posterioridad a la defensa de la tesis, la misteriosa fortuna me ha deparado la oportunidad de que este libro sea prologado por Fernando Atria, a quien admiro por su trabajo filosófico. Que un filósofo de su talla haya estado dispuesto a presentar este trabajo constituye para mí un inesperado honor.

Muchas son las personas que me han ayudado a desarrollar este primer trabajo de investigación de largo aliento. Por ejemplo, el librero Rubén Goldberg ha sido una especie de "cuasi-mecenas" Page 24 en la provisión de libros para ésta y otras investigaciones que llevo y he llevado a cabo.

Sin embargo, mi gran deuda de gratitud es con el Profesor Ricardo Caracciolo, quien dirigiera esta tesis. A él no sólo le debo haber llevado a buen término la investigación. En gran medida, le debo mi formación filosófica. Sin sus observaciones minuciosas, no sólo esta investigación se hubiera malogrado, también, hubiera desacertado en los caminos apropiados que debo esforzarme en transitar y que él, a lo largo de estos años, me ha enseñado paciente y sistemáticamente.

Además de Caracciolo, muchas otras personas me ayudaron con su estímulo y observaciones. Merecen destacarse especialmente Pablo Navarro y Paolo Comanducci a quienes posiblemente fatigué con mis confusiones y dudas.

En algunos de los congresos de Filosofía del Derecho, en que tuve la oportunidad de exponer fragmentos de algunas de las intuiciones que aquí discuto, fui beneficiado con los comentarios de Eugenio Bulygin, Ricardo Guibourg, Jorge Cerdio Herrán Jr. También, las lecturas...