Del precio de los alimentos, un 40% está compuesto por impuestos

En una Argentina con presión impositiva récord no es difícil que el ciudadano común mastique mucha bronca. Pero incluso más real aún es que cada vez que mastica comida se está tragando muchos impuestos.

De cada $ 100 pesos que los consumidores argentinos gastan en alimentos, casi $ 40 son en realidad impuestos y van directamente a las arcas estatales, según la conclusión de un minucioso análisis que realizó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) sobre la base de la normativa tributaria nacional, provincial y municipal vigente.

El precio de los alimentos impacta directamente en la población con menos ingresos debido a que el mayor porcentaje de su salario se gasta en comida. Los fuertes incrementos en los valores de los productos alimenticios en los últimos años fueron una de las variables para que el Gobierno impulsara la manipulación de los datos de inflación y la eliminación de los números de pobreza e indigencia que se calculan con los precios de algunos alimentos y servicios.

Por otro lado, el fuerte peso de los impuestos en el precio final de los alimentos debilita además el argumento oficial que cuestiona a la actividad empresaria de ser la causante directa de la inflación debido a su capacidad de formar valores en sus diferentes eslabones de la cadena hasta que llega al consumidor. El alza de precios de dos dígitos (ver aparte) que el país soporta desde 2007 es, con excepción de Venezuela, única en la región.

De acuerdo al informe del Iaraf, en base a datos oficiales, la incidencia de la totalidad de los impuestos sobre el precio al consumidor en un producto alimenticio (con un IVA del 21%) es de 44,1 por ciento. Por lo tanto, el otro 55,9% cubre los costos del empresario y proporciona su rentabilidad. Según ese cálculo, el peso impositivo total se compone de IVA (17%), seguridad social (9,2%), impuesto a las ganancias (4,9%), ingresos brutos (7,7%), impuesto al cheque (2,6%), impuesto municipal (1,7%) e impuestos sobre dividendos (0,6 por ciento).

No obstante, si se toman los alimentos que tienen un IVA del 10,5% (carnes, frutas, verduras, granos, legumbres, entre otros), la incidencia de los impuestos en el precio al mostrador baja: llega al 38,8 por ciento. En ese caso, el hombre de negocios se queda con el 61,2% del precio final para cubrir sus gastos y obtener ganancias. Según esta torta, el peso de los impuestos se compone de IVA (9,5%), seguridad social (10%), impuesto a las ganancias (4,5%), ingresos brutos (8,5%)...

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