El posible punto de partida de un Lava Jato argentino

Este puede ser, al fin, el comienzo. El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dio ayer el primer paso sustancial en uno de los tres grandes negociados que conforman el entramado argentino del Lava Jato, la investigación que desnudó y sacudió hasta sus cimientos la relación entre los políticos y los empresarios en toda América Latina.

De Giorgi llamó a indagatoria a 49 exfuncionarios y ejecutivos sospechados de participar en uno de esos tres negociados, el soterramiento del tren Sarmiento, una obra pública que escaló a los US$1500 millones. Un avance, según los investigadores judiciales, en la dirección correcta.

Pero el camino será complicado porque al juez y a los fiscales argentinos les faltan demasiadas piezas. No han accedido, aún, a las confesiones de los "arrepentidos" de Odebrecht ante la Justicia brasileña que hablaron sobre las "propinas" que corrieron en la Argentina, y ni siquiera saben cuántos son esos delatores -¿cuatro? ¿ocho?-, ni quiénes son.

¿Por qué no llega esa información a Buenos Aires? Durante meses, la Casa Rosada acusó a la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó de boicotear su arribo porque quería proteger a los kirchneristas involucrados. Pero con Gils Carbó ya en su casa, los datos siguen sin llegar y cambió el argumento oficial. Desde Balcarce 50 admiten ahora un "desajuste normativo" entre ambos países. Es decir, lo que sostenía la jefa de los fiscales y desmentía el oficialismo.

El contrapunto es fácil de explicar: para Brasil, los "arrepentidos" de Odebrecht ya confesaron sus delitos y fueron juzgados y condenados por esos crímenes, incluidos los cometidos en la Argentina. Por tanto, ni De Giorgi, ni otro juez pueden avanzar contra ellos porque sería juzgarlos dos veces por el mismo delito.

Lo que replican los argentinos también es fácil de explicar: antes de exculpar a los "delatores", plantean que necesitan precisar qué confesaron en Brasil para determinar si, en efecto, se trata de los mismos hechos delictivos. Por eso deberá buscarse una salida "creativa" que dependerá de una decisión política. Por ahora?

Mientras tanto, en Brasil esperan delatores como Luiz Antonio Mameri o Marcio Faria da Silva, quien confesó cómo fue otro negociado argentino: las coimas para quedarse con el contrato para la extensión de las redes troncales de gasoductos. Allá lo condenaron a 30 años de prisión y a pagar US$6 millones, y se comprometió a colaborar con...

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