Ponzio y Franco, en el juicio que sacude a España por el arreglo de un partido

MADRID.- Un año de minuciosa investigación judicial destapó el escándalo que podría convertirse en un caso testigo de la corrupción en el fútbol español. Veinte jugadores profesionales, entre ellos los argentinos Leonardo Ponzio y Leonardo Franco, quedaron involucrados en la causa penal por el supuesto arreglo de un partido para salvar al Zaragoza del descenso.Las sospechas apuntan a que ese club pagó más de un millón de euros a futbolistas de Levante para que se dejaran ganar en la última fecha de la Liga 2010/2011. El partido -disputado en Valencia- terminó 2-1 a favor del Zaragoza y condenó a la segunda división a Deportivo La Coruña.Siempre quedó un aire de dudas por la forma en que se cristalizó aquel triunfo providencial. Pero en 2013 el Departamento de Integridad de la Liga presentó una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción de Madrid, alarmado por la reiteración de encuentros de desarrollo llamativo.El fiscal Alejandro Luzón analizó datos de las cuentas bancarias de los jugadores que participaron del partido, cruzó llamadas telefónicas y tomó declaración a testigos de identidad reservada. Lo que encontró parece el trazado perfecto de la ruta del dinero. La semana previa al partido diez jugadores de Zaragoza recibieron depósitos de entre 80.000 y 120.000 euros que, en teoría, respondían al premio por salvar la categoría, algo que aún no había ocurrido. Todos retiraron el dinero de sus cuentas antes de viajar a Valencia, según el expediente. Del otro lado, varios miembros del plantel de Levante hicieron grandes operaciones económicas en efectivo, como la compra de autos de lujo, en los días posteriores al partido.La teoría de los investigadores es que Zaragoza canalizó el soborno a través del falso pago a sus propios futbolistas, luego volvió a reunir el dinero y un intermediario -se sospecha de un utilero- se encargó de entregarlo en mano a los rivales.Uno de los principales salpicados por el caso es Gabi Fernández, autor de los dos goles del Zaragoza aquel 21 de mayo de 2011. Ayer inauguró la rueda de declaraciones ante la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada. Trató de despegarse: "Fue un favor que nos pidió el presidente del club", dijo. Según su versión, aceptó cobrar 85.000 euros y devolverlo al día siguiente porque creía que era una operación vinculada con los problemas financieros de la institución, que estaba al borde del concurso de acreedores. Negó que se tratara de un premio, como aducen los dirigentes...

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