Política social, insolvencia fiscal y pugna electoral

En ambientes profesionales se le critica a Mauricio Macri no haber instrumentado con mayor rapidez las reformas que le hubieran permitido reducir el déficit fiscal y evitar el endeudamiento que lo llevó a la crisis desatada en abril de 2018. Esto ocurrió por haber optado por el gradualismo y por una ampliación de las ayudas sociales. Pero, paradójicamente, a la hora de las PASO, la mayoría de los votantes se adhirieron a una versión crítica que señalaba al Presidente como causante de un ajuste duro y antisocial.La herencia recibida por Macri en diciembre de 2015 podría asimilarse a una bomba de tiempo que debía desactivarse actuando rápidamente en la corrección de los desequilibrios macroeconómicos. La recuperación de la institucionalidad y de las relaciones con el mundo no era suficiente por sí sola si la economía fracasaba. El inmenso déficit fiscal surgía del clásico ciclo populista. La creación ficticia de bienestar se apoyó durante la gestión kirchnerista en un aumento descontrolado del gasto público. Se duplicó el número de empleados estatales, se jubiló a tres millones de personas sin aportes, se congelaron las tarifas de los servicios públicos compensándolos con subsidios y se otorgaron siete millones de planes sociales. Estos excesos populistas fueron posibles por los altos precios internacionales de los productos exportables y la bajísima tasa de interés en el mundo. Por encima de esas ventajas, se fue consumiendo el capital de infraestructura, principalmente el energético y el de transporte. Cuando todo eso no alcanzó, se confiscaron los fondos de jubilaciones y pensiones, y los impuestos crecieron, lo que desalentó la inversión.Así, durante 12 años se edificó un populismo dulce, pero insostenible. La suerte siguió asistiendo al gobierno saliente de Cristina Fernández de Kirchner: la bomba no le explotó en las manos y gran parte de la ciudadanía recuerda aquella dulzura y carece de la posibilidad de elaborar un diagnóstico socioeconómico. Hoy se escucha que "estábamos mejor con Cristina" y esa sensación ha conducido en buena parte el voto del 11 de este mes. La corrupción y las cuestiones institucionales no alcanzaron a desalentar esa preferencia.Mauricio Macri inició su mandato trabajando bien la salida del default y recuperando el prestigio internacional. Su gabinete cumplía en general las condiciones de idoneidad y honestidad. Pero se inclinó por escuchar con más atención a quienes fueron sus consejeros electorales y a los...

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