La política, un show espectacular

Si alguien no termina de entender lo que está pasando en el país y viene a buscar claridad a esta columna, no la va a encontrar. ¡El primer confundido soy yo! Se ha puesto difícil asimilar la realidad cotidiana. Lo de anteayer es una muestra. Para informar que la salud de su hija estaba "devastada", Cristina recurrió a un spot publicitario. Glup. Por la tarde se anunció que la inflación de febrero había sido de 3,8%, y Nico Dujovne lo celebró desde Washington dando una lección de economía. Después de una nueva trepada, bajó el dólar, o lo bajaron de un hondazo, y me da miedo porque el dólar argentino es muy vengativo. Scioli anunció su precandidatura a presidente de la Nación, y puso mucho énfasis en el "pre", cosa de que nadie se lo tomara en serio: los mercados ya tienen suficiente con la candidatura de Cristina. Todo eso en un solo día. Por suerte, no somos los únicos. Bolsonaro confió que duerme armado porque se siente inseguro, y Maduro dijo, tras el apagón de más de 100 horas, que "la gente está disfrutando, hay un sentimiento de placer". Como que nadie se terminaba de acostumbrar a eso de ir a buscar agua a las cloacas.Hay pocos trances más dolorosos que la enfermedad grave de un hijo, pero Cristina se sobrepuso y prestó su voz para un video superprofesional de cinco minutos, una realización formalmente perfecta. No es bueno mezclar los tantos, pero desde el punto de vista estrictamente técnico, o artístico, yo pondría en manos de los responsables de ese trabajo los spots de la campaña electoral.Antes, una noticia de este tenor se daba mediante un comunicado, una declaración, un vocero. Hoy, por las redes. Otra vez innovadora y disruptiva, la señora optó por un producto más audaz y más elaborado. También polémico, es cierto. Argentina, tierra de amor y venganza.En cambio, no fue igual de lucida la participación en el episodio de Eduardo Valdés, uno de los dirigentes más allegados a la señora: confundió un linfedema con ataques de pánico. ¿Podría ser que Florencia tuviese las dos cosas? Difícil. Cristina lo hubiese dicho, porque si algo no le falta a esta historia es dramatismo. Habría que atribuir el desliz a la naturaleza de Valdés, que cuando era embajador de la señora ante el Vaticano llegó a reconocer que no sabía qué hacía en el Vaticano.Cristina habló del estresazo de su hija, originado en la persecución judicial de la que es objeto. No le falta razón. A Florencia la están persiguiendo porque, pobre, ella se estaba capacitando...

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