Policías caídos: el drama de defenderse y morir fuera de servicio

El agente Miguel Verón tenía 28 años y trabajaba en la comisaría 38 de la Policía Federal. La noche del 17 de marzo del año pasado fue asesinado cuando intentó detener a dos ladrones que le robaban a un taxista, en Flores. Uno de los asaltantes le disparó en la cara.

"Siento el mismo dolor de siempre. Lo extraño mucho", dijo a LA NACION, con su voz apagada por la tristeza, Fernanda Taus, la esposa de Verón, el agente al que todavía lloran los vecinos de Flores.

El caso del agente Verón, que estaba casado y era padre de dos niñas, es casi una excepción dentro de la larga lista de integrantes de las fuerzas de seguridad asesinados en los últimos años en todo el país, un promedio de 35 por año, desde 1999, con un pico de 90 en 2002. Este año suman 12.

La mayoría de los homicidios de policías ocurre cuando regresan a sus hogares o están de franco de servicio, y son víctimas de robos que no pueden dejar de intentar evitar. En eso juega fatalmente la "cultura policial", que hace que, aunque no estén obligados a hacerlo, los policías elijan estar siempre armados.

Hace dos años, el Ministerio de Seguridad de la Nación, entonces todavía a cargo de Nilda Garré, elaboró el primer Programa sobre Uso de la Fuerza y Empleo del Arma de Fuego. En él se describió que en 2012 (primer año analizado) fueron asesinados 13 policías federales y otros 106 resultaron heridos. Según ese estudio, el 84% de los casos ocurrió cuando el personal estaba fuera de servicio. En el 73% fueron víctimas de robo; en siete de cada diez casos los policías estaban sin uniforme.

Al año siguiente, en 2013, murieron en enfrentamientos con armas de fuego 16 integrantes de la Policía Federal. Diez de esas víctimas estaban fuera de servicio.

Según un reciente informe interno de la Secretaría de Seguridad, a cargo de Sergio Berni, de las estadísticas de 2013 se puede establecer que "de cada diez funcionarios policiales heridos o fallecidos, 6,5 se encontraban fuera de servicio; y siete de cada diez hechos se produjeron cuando el funcionario fue víctima de robo".

En ese estudio, al que accedió LA NACION, se sostiene que de diez casos, 8,5 ocurrieron en el conurbano, la mayoría, en la zona sur. "Los hechos se suceden en general cerca de los lugares en donde vive el personal policial."

Las estadísticas actuales van en esa línea: de los cuatro homicidios de policías federales ocurridos en lo que va del año, tres fueron en el conurbano. El cabo 1° Miguel Carabetta, de 40 años, casado y padre...

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