Polémica entre el Gobierno y las economías regionales por la reforma

Meses atrás, en busca de una mayor competitividad, la industria vitivinícola y el gobierno mendocino reclamaban por lo bajo un dólar a $ 24. Resignados, en las últimas semanas la industria pedía mejoras en los reintegros. Anteayer, en la que la alícuota de los impuestos internos al vino, entre otras bebidas alcohólicas, subirá al 10%.

"Evidentemente, no entiende nada de las economías regionales y de la crisis a la que fueron sometidas en la época K", explotó la vicegobernadora radical de Mendoza, y aliada de Cambiemos, Laura Montero. Hablaba, claro, sobre el ministro de Hacienda, . Estas expresiones se multiplicaban ayer en los sectores que comenzarán, , a pagar más impuestos internos.

En el Gobierno tienen una mirada completamente diferente. No sólo explican que hay una intención de generar equidad (el agua paga un 4% de impuestos, mientras que el vino y el champagne pagan hoy 0%), sino que además sienten que el debate se parcializó, dentro de una reforma amplia, en los impuestos internos. "Tienen una mirada muy parcial. Estamos bajando el costo del trabajo, el impuesto al cheque, Ingresos Brutos, Ganancias. Todo eso es mucho más que el impuesto interno", afirmaron ayer en el Ministerio de Hacienda, donde creen que "sumando y restando, la reforma será buena para todos los sectores".

Cerca del ministro estimaron que el proyecto -que tiene 400 páginas y que será enviado al Parlamento en dos semanas- será una sola ley y no varias. Además contendrá una unidad de cuenta que servirá para actualizar las bases imponibles. Se hará una vez por año y -estiman- se usará el IPC del Indec. Confían además en que la economía crecerá, si se aprueba el proyecto sin tocar una coma, un 0,5% más por año. En Hacienda son optimistas con los precios: "Van a bajar". Mencionaron los autos y la ropa, entre otros productos que son caros en el país.

Sobre Ingresos Brutos se espera que luego de la ley de responsabilidad fiscal se trabaje con las provincias en un pacto fiscal para darle sobrevida al firmado en 1993. "Hoy las provincias tienen un déficit primario del 0,5% del PBI que se financia con parte de la masa coparticipable. Si cumplen la ley de responsabilidad fiscal y la economía se expande habrá superávit y tendrán espacio para una baja gradual de gravámenes provinciales", indicaron. La idea es bajar este impuesto distorsivo a la mitad, fundamentalmente en los eslabones productivos de la industria, el agro y el transporte...

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