Las polémicas que dejó Cosquín

En 1965, Jorge Cafrune presentaba en Cosquín a una tucumana que cambiaría la historia de la música popular argentina. "Yo me voy a atrever, porque es un atrevimiento lo que voy a hacer ahora, y voy a recibir un tirón de orejas de la comisión, pero qué le vamos a hacer, siempre he sido así, galopeador contra el viento. Les voy a ofrecer el canto de una mujer purísima, que no ha tenido oportunidad de darlo y que, como les digo, aunque se arme bronca, les voy a dejar con ustedes a una tucumana: Mercedes Sosa." Mercedes subió al escenario y cantó "Canción del derrumbe indio", de Fernando Figueredo Iramain, acompañada solo por su bombo. Contrastando con la discriminación política, social y étnica a la que fue sometida por las autoridades de la época, el público estalló en aplausos antes de que finalizara la canción, convirtiéndola en la sorpresa del festival. "Siempre tuve problemas con la comisión, no sé por qué... En ese tiempo porque era comunista y por entonces era mala palabra. Canté con una cajita, nomás. Tuve un éxito muy grande, y ahí ya me contrató la Philips para grabar. Fue una actuación muy importante en mi carrera. Es más: fue la definitiva", recordaba la propia Mercedes.Ese episodio, como tantos otros, trazaría el signo histórico y épico de la memoria musical de Cosquín y marcaría para siempre el aura mítica y polémica que envuelve al festival a lo largo de su derrotero de 54 años. También cambiaría el destino de esa ciudad con aire de pueblo serrano -ex reducto de tuberculosos- que se transformaría en una plaza veraniega que cada enero alberga en sus calles, balnearios y peñas a más de un millón de personas. Esa ciudad tomada como un Woodstock telúrico que se reinventó como capital del folklore a inicios de la década del sesenta y se convirtió en plataforma federal de grandes fenómenos populares y comerciales (Soledad, Chaqueño Palavecino y Abel Pintos) vio pasar cambios revolucionarios, como la aparición de los Huanca Hua; tuvo grandes ausencias, como la del Cuchi Leguizamón, y pisaron su escenario faros de la música argentina, como Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez y Eduardo Falú. El festival también vio nacer a revelaciones y consagraciones como Víctor Heredia y Teresa Parodi con su canción nueva. Pero a la par de su recorrido histórico Cosquín también fue escenario de arbitrariedades y pasiones desatadas.En la última edición, Cosquín volvió a ser una hoguera de vanidades. La Comisión Municipal de Folklore estuvo en el ojo de la tormenta a lo...

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