La polémica por el aborto deja a Rajoy en un callejón sin salida

MADRID.- Asustado por un debate que se le escapó de las manos, el presidente del gobierno español, , busca cómo desactivar la polémica que él mismo precipitó al proponer, el mes pasado, la legislación antiaborto más dura del entorno europeo.El gobierno del conservador Partido Popular (PP) descontaba que la oposición socialista se movilizaría para rechazar la reforma; que habría protestas callejeras de grupos feministas, y críticas desde sectores progresistas de los países vecinos. Pero no imaginó que, además, estallaría una rebelión en sus propias filas y que el malestar social alcanzaría cifras altísimas en todas las encuestas, tanto en votantes de izquierda como de derecha.Rajoy quedó en un callejón sin salida. No puede pagar el costo de retirar el proyecto que presentó hace un mes su ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Tampoco imponer su mayoría absoluta, al menos sin riesgo de una división interna. La solución: postergar el trámite parlamentario hasta después de las elecciones europeas de mayo próximo, con la esperanza de que, mientras tanto, se aplaque la discusión.La denominada "ley Gallardón" prevé revertir la reforma sancionada en 2010 durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que otorgó a las mujeres el derecho a abortar libremente en las primeras 14 semanas de gestación y extendió el plazo hasta la semana 22 en casos de malformaciones del feto incompatibles con la vida.Si se aprobara el cambio, el aborto sólo seguiría despenalizado cuando existiera riesgo probado para la vida o la salud psíquica de la mujer o cuando el embarazo fuera consecuencia de una violación."Es una ley retrógrada, que fragmenta el espacio de derechos de la Unión Europea y que trata a las mujeres como inútiles", denuncia la diputada Elena Valenciano, "número dos" del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ella es una de las principales encargadas de organizar reacciones contra la ley en todo el entorno comunitario. Partidos de izquierda de Francia, Portugal, Gran Bretaña, Italia y Alemania -todos países donde se permite abortar en las primeras semanas de gestación- ya expresaron su incomodidad con la reforma española. Este fin de semana habrá marchas de repudio en simultáneo en Madrid, París, Bruselas, Amsterdam y Londres.Lo más paradójico es que la voz extranjera que más alegró a los progresistas españoles fue la de la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, que admitió: "No promovería una ley como ésa en nuestro país".De todos...

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