Un poeta, sus hijos y sus nietos

Gustavo Fontán viene haciendo cine y ejerciendo la docencia hace rato. Sin embargo, tras un primer film que pasó desapercibido se tomó su tiempo para volver a la carga y, cuando lo hizo, se convirtió en uno de los varios cineastas apreciados por un público sensible en el Bafici. No es casual que así ocurra desde que hace ya cuatro años presentó El árbol , en el que demostró que poesía y cine podían ir de la mano, siempre acompañado por un espíritu en el que la experimentación y, en ese sentido, la audacia tienen peso específico. La orilla que se abisma , acerca de la obra poética de Juan L. Ortiz, fue un claro ejemplo de cómo se puede transgredir y sólo así lograr que una obra tan intraducible pueda transformarse finalmente en un audiovisual hipnótico. Para lograr que su estilo cinematográfico tomara forma, sea mezclando realidad y ficción, o abordando decididamente esta segunda forma de expresión, como ocurrió en La madre , y siga enriqueciéndose, Fontán vuelve ahora a la poesía, pero también a la ficción superponiéndolas en una misma propuesta.Elegía de abril , que Tercera Orilla estrenará mañana, es su nueva obra, como las anteriores, producto de un equipo mínimo en el que son piezas fundamentales su asistente Juan Gracilazo, el director de fotografía Diego Poleri y el sonidista Javier Farina.El poeta Salvador Merlino murió poco antes de que su libro Elegía de abril saliera de imprenta, hace poco más de medio siglo. Sus hijos, Mary y Carlos, que ahora promedian los...

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