¿Podrá esta vez?: la oposición venezolana busca superar su división para derrotar al chavismo

El chavismo sabe mucho de elecciones: superó una tras otra desde su llegada al poder en 1999. Pero la oposición sueña con derrotarlo por primera vez en las parlamentarias del próximo 6 de diciembre. Y si bien el oficialismo , siempre puede sacar un as de la manga para revertir las cosas... o quizás un mazo completo.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que lidera la intención de voto con el 60% contra el 40% chavista, confía en controlar la Asamblea Nacional, reequilibrar los poderes y comenzar a despedir al gobierno que no sólo dominó la vida de los venezolanos durante 16 años, sino que fue el faro de todos las administración populistas de América latina.

La pregunta es si el combustible de -según algunas encuestas incluso más- le durará a la oposición de aquí a las elecciones y si le servirá para lograr una victoria que, en 2013, se le escapó por apenas una diferencia de 1,5% de votos en los comicios presidenciales. Porque muchos de esos votantes, desencantados con el chavismo pero no del todo convencidos con la oferta de recambio, pueden volver al redil. Dada la cambiante realidad en Venezuela, un tanguero caribeño podría decir que 20 puntos no son nada.

La recesión, el desabastecimiento, la inflación, la delincuencia, la corrupción, y, en definitiva, la regresión a niveles de pobreza que se jactaba de haber dejado atrás, son las razones que hacen trastabillar al chavismo en los sondeos. Para una creciente mayoría, el chavismo ya no es el remedio contra todos los males, sino su causa. ¿Acaso no basta ese diagnóstico para garantizar el cómodo triunfo de la oposición a fin de año? Parece que no. Como dijo días atrás en su cuenta de Twitter el consultor Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, "el gobierno jugará duro para reducir la brecha en contra".

Antes de enfrentar el juego duro del gobierno, la MUD trabaja por superar sus propias flaquezas. Comenzando por las divisiones internas, causa central de desconfianza entre los votantes. En estos tiempos nublados, la coalición se ha mostrado dividida a los ojos de un electorado que más que nunca necesita una guía más clara.

Y en eso están. Las correcciones comenzaron a tiempo. Después de largas discusiones, de marchas y contramarchas, las distintas facciones acaban de acordar ir a las urnas con una boleta única, en vez de presentarle al venezolano un confuso abanico de colores partidarios. Las divisiones de fondo entre el líder moderado Henrique Capriles y el jefe del ala radical...

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