Cuando el poder se vuelve una patología

¿Hay una enfermedad del poder? ¿Puede el ejercicio del mando, por sí mismo, trastornar la conducta?En la antigua Grecia se creía que la vida de cada ser humano tiene una dosis de felicidad y de tristeza, de éxito y de fracaso, asignada por los dioses. La pretensión de modificar esa ración recibía el nombre de hibris . Significaba desmesura y era vista como un desborde de la condición humana que lleva a desafiar a la divinidad.En la actualidad, la palabra hibris es traducida como soberbia o infatuación. Los psiquiatras identifican ese trastorno en quienes ejercen posiciones relevantes de poder. Y buscan la colaboración de neurólogos y cientistas políticos para diagnosticarlo y calibrar sus efectos sobre la vida pública.Entre los trabajos fundacionales de este campo de investigación está el artículo de David Owen y Jonathan Davidson publicado en 2009 en el número 132 de la revista "Brain. Journal of Neurology", con el título "Síndrome de hibris : ¿un desorden de personalidad adquirido? Un estudio de los presidentes de Estados Unidos y los primeros ministros del Reino Unido a lo largo de los últimos 100 años".El texto de Owen y Davidson enriquece una larga serie de estudios sobre las determinaciones psicológicas del liderazgo, a la que pertenecen los trabajos de Sigmund Freud, Jerrold Post y Malcolm Gladwell, que hoy llama la atención con su libro Blink, the power of thinking without think .El artículo de Brain se enfoca en los líderes a los que el poder se les ha ido a la cabeza. El tema ha sido tratado por la literatura desde el Génesis y la Ilíada. La virtud de Owen y Davidson es describir la hibris con precisión, identificando sus características y discriminándola de alteraciones similares.Owen es un destacado político británico que ocupa una banca en la Cámara de los Lores. Antes de ingresar a la carrera política ejerció la medicina como neurólogo y psiquiatra.El psiquiatra Davidson es especialista en ansiedad y estrés en la Duke University.Ambos sostienen la tesis, anticipada por Owen en su libro Hubris Syndrome, de que la hibris es el lado oscuro del liderazgo. Los grandes jefes suelen tener carisma, encanto, habilidad para inspirar a otros, capacidad de persuasión, disposición para tomar riesgos, grandeza de aspiraciones y confianza en sí mismos. Pero Owen y Davidson observan que suelen estar signados por la impetuosidad, el rechazo a oír consejos, una forma de incompetencia derivada de la impulsividad, dificultad para evaluar las...

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