La pobreza afecta al 39% de los chicos y adolescentes

En la Argentina, las carencias materiales marcan la vida de casi cuatro de cada diez chicos y adolescentes. Calculada con datos que se relevaron a fines de 2012, http://www.lanacion.com.ar/1575860-para-el-indec-la-pobreza-bajo-en-2012-un-54-y-la-indigencia-un-15de los que tienen menos de 18 años, según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Si se proyecta esa tasa a todo el país -según la información del censo nacional de 2010-, es posible estimar que unos 4,8 millones de chicos viven en hogares sin ingresos suficientes para comprar los bienes y servicios necesarios para la vida cotidiana. Y de ellos, 800.000 (el 9,5%) están en la indigencia, porque sus familias no pueden cubrir siquiera la alimentación básica.El relevamiento, que abarcó a 5700 hogares de los centros urbanos con al menos 50.000 habitantes, detectó un avance de la pobreza respecto de 2011, cuando había sido de 37,2%. El informe señala que las tasas serían aún mayores de no ser por la Asignación Universal por Hijo (AUH).El avance de la tasa de pobreza entre los menores ocurrió por efecto de la inflación y de la caída de la actividad económica, que afectó con especial fuerza a sectores de la sociedad que en buena medida dependen de trabajos informales y sin continuidad. La crisis en ese segmento es un hecho del cual da indicios, por ejemplo, la suba de la tasa de subempleo (trabajo de jornada semanal inferior a las 35 horas) que se inició en 2012 y continúa este año.El informe señala que si el Estado no pagara la AUH ni la pensión prevista para madres de siete o más hijos, la pobreza y la indigencia entre los menores llegarían a 42,9 y a 15,9%, respectivamente. Y si no se hubiera creado la asignación por hijo, pero se hubieran mantenido otros programas previos, las tasas serían de 40,4 y de 14,9 por ciento.Sin embargo, más allá de ese efecto de la AUH, los analistas en cuestiones sociales advierten que los programas de transferencias de ingresos no son la salida para la problemática social. Son planes necesarios para dar respuestas de corto plazo, pero que no abarcan las cuestiones estructurales que condicionan el desarrollo de las personas, y conllevan el riesgo de que se genere una dependencia transmisible entre generaciones, sobre todo si no son acompañados por otras medidas.El informe señala que el pago de planes sociales representa, en promedio, el 26,9% de los ingresos en hogares indigentes y el 16,2% en el caso de familias pobres. Y...

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