Una playa, un mensaje en morse y un final anunciado: la historia detrás del código de barras

En el código de barras el ancho de las líneas y el espacio en blanco entre ellas es lo que indica cuál es la secuencia de números que representa

Quienes tengan más de 45 lo recordarán, y quienes sean más jóvenes habrán leído sobre el tema: a fines de los 80, en épocas de hiperinflación, las remarcaciones de precios no daban respiro. Si uno veía un producto a un precio durante la mañana, lo más seguro era que al rato ya costara más caro. Una lista de precios en poder del cajero indicaba el valor de las cosas, porque la etiquetadora, artículo por artículo, ya no daba abasto. No es la idea de esta columna amargar al lector y ponerlo a pensar en las similitudes con la situación actual . Es más, si uno lograra abstraerse de los salarios bajos, los precios altos y la inflación, podría decirse que pagar nunca fue tan simple . Y eso es porque cada producto -grande, chico, pesado, liviano, caro o barato- lleva consigo un pedacito de tecnología que hace que el intercambio de productos, bienes y servicios sea una acción sintética y concreta. No lo miramos, pero ahí está: es el código de barras .

¿Cómo sería ir al supermercado sin esos rectángulos blancos con líneas y números negros? ¿Cómo se manejaría el stock en un depósito lleno de pasillos, estantes, pallets, cajas y cajitas? ¿Cómo podrían saber en un negocio cuánto se vendió y cuánto queda de un determinado artículo sin hacer un inventario a mano? Si no fuera por el código de barras, todo eso que hoy es rápido y cotidiano sería lento y complicado .

Anatomía en blanco y negro

El código está compuesto por dos elementos: las barras y los números . Los dígitos corresponden a un código de país (para la Argentina es 779), un código de empresa, un código de producto y un dígito verificador, que chequea que esos datos sean correctos. Entre sus líneas y espacios se almacenan datos básicos como la imagen, nombre, fabricante, peso y destino de origen. En la Argentina los códigos son generados y administrados por GS1, una organización global sin fines de lucro que se encarga de identificar productos, servicios y bienes mediante estándares globales.

GS1 (acrónimo de Global Standard One ) es como un club: se paga por una actividad, pero también se puede acceder a los vestuarios y al buffet. Además de ser la entidad autorizada para brindar códigos, también dan capacitaciones, ofrecen sistemas de trazabilidad o de documentación electrónica, estudios de retail y de medición de faltantes en góndolas, etc. Todo un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR