Plantas frutales: hay unos 5600 ejemplares en las calles porteñas

Los vecinos de la ciudad valoran sus cuadras , especialmente en verano, cuando su sombra protege de los rayos del sol. Pero lo que muy pocos saben es que, además, pueden beneficiarse con las frutas que algunos de ellos proveen. Y es que solamente en la Capital hay cerca de 5600 ejemplares de naranjos, nísperos, mandarinos, paltas, limoneros, bananos, ciruelos, olivos, moras y tilos, entre otras especies, cuyos son utilizados por los vecinos, incluso, hasta para hacer dulce.

Los frutales de la ciudad fueron plantados por inmigrantes europeos en el siglo XIX. La actual ley porteña no permite la plantación de especies en la vía pública por una cuestión de higiene y, también, porque sus frutos suelen provocar accidentes menores a los transeúntes. Aunque sí habilitó que se cultiven en jardines particulares. En toda la ciudad hay 435.000 árboles de distintas especies, según datos oficiales.

Ludmila Medina es una porteña que en 2012, a pedido de una empresa privada, hizo un censo de árboles y fue entonces cuando se percató de la gran cantidad de ejemplares con frutos que se echaban a perder, ya que no se consumían.

En una de las tantas visitas dominicales a la casa de su abuelo, en Monte Castro, vio un árbol de mandarinas en la puerta de la casa de una vecina. Entonces comenzó a cosecharlas y a repartir entre familiares y amigos. La cantidad era tal que, por más que consumiera y regalara los frutos, siempre sobraban. Y decidió armar un listado para sus amigos con los ejemplares que había relevado en cada barrio.

Así, en 2013 creó la página web arbolesciudad.com.ar y en Facebook La Ciudad Nos Regala Sabores, con 24.900 seguidores, en las que detalló la ubicación exacta de cada frutal. "La gente no sabe reconocerlos, como me pasaba a mí. Agregué una sección con imágenes, pero no alcanzaba", contó Ludmila.

En la página, que tiene un mapa interactivo, los vecinos suelen agregar los nuevos ejemplares que van descubriendo y así se va nutriendo de colaboraciones espontáneas. Ya son 1835 los cítricos, ciruelos, pomelos y otros frutales sumados por la gente.

El siguiente paso fue, entonces, organizar recorridas por los barrios a través de la red social, para que los vecinos pudieran conocer y reconocer las especies de su comuna y aprovechar los beneficios de sus frutos.

Floresta, Liniers, Caballito y Monte Castro, entre otros, suelen ser recorridos por Ludmila y sus seguidores en época de cosecha, para así aprovechar sus frutos, como si se tratara de un...

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