Nuestro planeta, en riesgo

Después de dos semanas de negociaciones, la XVII Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) aprobó un pacto que no provoca entusiasmo alguno. De alguna manera, se repite lo que ha ocurrido en las cumbres anteriores de Cancún 2010 y Copenhague 2009: los grandes intereses se anteponen al futuro del planeta. Los países industrializados están preocupados con la crisis económica y financiera, y además esperan un mayor compromiso de los países en desarrollo. Al mismo tiempo, estos últimos no se comprometen porque no ven liderazgo de los desarrollados. Y cada uno, a su manera, bloquea los avances porque los resultados no sirven a sus intereses nacionales. Mientras tanto, lo demás puede esperar, aunque se trate de la Tierra, el único lugar donde el hombre puede vivir.Las dos semanas de negociaciones de las delegaciones de 190 países ofrecieron un opaco resultado: intentar llegar a un acuerdo en 2015 para que entre en vigor en 2020. Las negociaciones continuarán en la próxima cumbre del clima en Qatar, un emirato petrolero y el país con más emisiones de CO2 por habitante. Se estaría tentado de pensar que sería más fácil lograr un acuerdo sólo entre los grandes emisores del planeta: los Estados Unidos, China, la India, la Unión Europea y Brasil. No se trata sólo de acordar reducciones, sino de algo inevitable e imprescindible: la adaptación al cambio climático, el futuro de muchos Estados isla y la financiación a las naciones más pobres.En la reciente Cumbre de Durban los temas centrales han sido el futuro del Protocolo de Kyoto, que concluye en 2012; la capacidad para establecer mecanismos en la reducción de emisiones, y la puesta en marcha del Fondo Verde para el Clima, aprobado en la cumbre de Cancún, para apoyar a los países pobres en la mitigación y la adaptación al cambio climático.Finalizada la cumbre, es posible afirmar que un segundo período del Protocolo de Kyoto ha quedado vacío de contenido: se pospone una acción real hasta 2020 y se rechaza cualquier tipo de instrumento que obligue a la reducción de emisiones.Las consecuencias del cambio climático ya pueden advertirse en la actualidad, pero son impredecibles para el futuro. Se trata de efectos que incrementan el número de migraciones forzadas. Si en 1995 había alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, hoy esta cifra se ha duplicado (50 millones), y en 2050...

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