Un plan similar se cumple en la provincia

Están presos, pero no comparten una celda. Son ocho reclusos que conviven en una vivienda. Pueden caminar por un "aérea verde", pero dentro de una unidad penitenciaria, como una manera de sociabilizarse antes de salir en libertad. Se trata del programa Casas por Cárceles, que en la provincia de Buenos Aires ya tiene 1500 plazas.

"Se trata de nuevos modelos de detención con el objetivo de garantizar la inclusión social basada en tres ejes: trabajo, educación y vínculo familiar-comunitario", sostuvo el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, a principios de mes, cuando inauguró diez viviendas penitenciarias en la Unidad N° 23 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en la ciudad bonaerense de Florencio Varela. En esa ocasión, el funcionario provincial estaba acompañado por el subsecretario de Política Criminal e Investigaciones Judiciales, César Albarracín, y por la jefa del SPB, Florencia Piermarini.

Estos modelos apuntan a la profundización de la humanización de los contextos de encierro y representan a su vez un salto cualitativo y cuantitativo en las condiciones de alojamiento. Implica una innovación y modernización única en América latina, para intentar paulatinamente desarraigar las formas estigmatizadoras del encierro.

La característica distintiva de este programa está configurada por el concepto edilicio que se ha utilizado para la construcción de esas viviendas, el que se asemeja al que se utiliza en una casa construida en el medio libre, se informó en el SPB.

Una calificada fuente de la cartera de Justicia de la provincia de Buenos Aires afirmó a LA NACION que desde la implementación del programa Casas por Cárceles "se pudo confirmar una notable reducción del índice de violencia entre los internos de la población alojada".

Los reclusos alojados en las viviendas también pueden estar al aire libre y pueden desplazarse en aéreas verdes.

En cada casa...