Pierre Omidyar. Fundó eBay como un experimento, y tres años más tarde era multimillonario

Pierre Omidyar, fundador y presidente de eBay y de Omidyar Network, en la sexta reunión anual de Clinton Global Initiative en Nueva York; Omidyar ha apoyado sistemáticamente al partido demócrata en Estados Unidos

La historia del puntero láser es cierta. La de la máquina expendedora de caramelos de su novia, no. Suena disparatado, pero los que hemos seguido la rara, notable y aleccionadora carrera de Pierre Omidyar desde 1995, cuando fundó eBay, sabemos que hay aquí dos guiños. Vamos por el primero.

Omidyar ya estaba curtido en el arte de fundar startups cuando empezó eBay. Pero esta compañía pionera del comercio electrónico, que llegó a crecer al 30% mensual durante al menos dos años seguidos (algo insólito), le salió por casualidad. O casi, digamos.

Después de estudiar en Berkeley y de trabajar para una empresa de software que le pertenecía a Apple (la bien conocida Claris ), Pierre, que tenía el ADN del emprendedor, lanzó una startup para proveerle software y servicios a Go Corporation . Go, como recordarán los veteranos, fue pionera (estamos hablando de 1991) de las computadoras portátiles con lápiz electrónico . Quizá demasiado adelantados, no era el momento propicio y duraron solo 7 años.

En 1993 (Go iba a desaparecer en 1994), Omidyar pegó un golpe de timón y su startup, que se llamaba Ink Development , fue rebautizada eShop y, como su nombre indica, mutó en un sitio de comercio electrónico. Tres años después la compraría Microsoft por 50 millones de dólares (un montón de dinero en ese momento; Apple iba a adquirir NeXT, de Steve Jobs, por 400 millones al año siguiente ), de los que Omidyar recibiría 1 millón. Nada mal para un chico de 28 años.

Antes de eso, sin embargo, pasó lo del puntero láser. La historia la contó él mismo muchas veces, y es así: habiendo escrito el software para un sitio en el que las personas podían subastar libremente objetos (la futura eBay), él mismo puso en oferta un puntero láser roto . No tenía la más mínima esperanza de que eso prosperara. ¿Quién puede querer un puntero láser roto? Digo, si anda, pero no tiene pilas, todavía. ¿Pero roto?

Bueno, según contó hace muchos años (estas historias van cambiando con el tiempo, es inevitable), y es la versión que parece más verosímil, apareció un comprador. Pierre, azorado, le preguntó para qué quería un puntero láser que no funcionaba. La respuesta que recibió plantó la semilla de una corporación que se volvería sinónimo de subastas online: "Es que me gusta...

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