Pierre Étaix: 'La clave está en el público'

MAR DEL PLATA.– Durante 20 años el nombre de Pierre Étaix permaneció oculto para las nuevas generaciones de cinéfilos, aunque brillara en la memoria de quienes recordaban a Louis de Funés, Fernandel o Jacques Tati. También cuando se evocaba a exitosas películas como Mi tío el pistolero, de Georges Lautner, con Lino Ventura, que convivía en la taquilla francesa con una ópera prima de gran impacto como El suspirante, de y con Pierre Étaix, hace exacto medio siglo.El próximo sábado, cuando finalice la 28a edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Étaix apagará las velitas de su 85 cumpleaños con el beneplácito de varios reconocimientos en la Argentina –adonde llegó invitado por el festival– y en todo el mundo, en buena medida gracias a la posibilidad de poder volver a proyectar sus películas luego de una larga disputa legal: "Es muy difícil hablar de esto porque fue un tema muy especial y prometí no hablar de este asunto, pero sólo explicaré brevemente que en un determinado momento mi productor no quiso seguir haciendo cine, lo bueno es que eso se ha solucionado", señala este hombre flaco y de mirada penetrante y pícara, que juega con sus manos con la precisión de un prestidigitador. Casi no hacen falta las palabras, con cada respuesta Étaix dibuja en el vacío aquello que quiere destacar y que, como un encantamiento, cobra vida y luego se desvanece en el aire. Esas manos le permitieron ser uno de los clows del varieté más exitoso; de los cómicos más refinados del cine francés y también trabajar con el director más riguroso que dio el cine como fue Robert Bresson: "Fue inolvidable y por azar, yo estaba en la oficina de Tati y justo él apareció. Me dijo que iba a hacer una película sobre un carterista, era Pickpocket y fue una gran emoción para mí", afirmó el cómico francés que en los últimos años ha hecho apariciones en films de Jean-Pierre Jeunet, Otar Iosseliani y Aki Kaurismäki–De la mano de otro intelectual, como Jean-Claude Carrière, usted ingresó en el cine.–Fue un hecho mágico nuestro encuentro. Entre nosotros siempre existió una compresión casi instintiva y él continúa brindando una labor magistral escribiendo para diferentes cineastas. Carrière tenía un don especial para los gags y gracias a él y su vínculo con Buñuel conozco la rica sonoridad del idioma español.–En Yoyo pareciera homenajear a sus maestros, ¿cuáles fueron?–Sí, principalmente pensé en Charles Chaplin, Max Linder, Harold Lloyd, Stan Laurel y Oliver Hardy. Ellos fueron...

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